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Cómo comenzar un emprendimiento desde cero y lograr el éxito – Agencia de Noticias Órbita

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Toda empresa formada desde cero requiere mucho esfuerzo y sacrificio. Sin embargo, no siempre se sabe de dónde comenzar o qué es lo que tienes que hacer para que tu emprendimiento pueda tener éxito y, hasta en algunos casos, no se tiene el valor para atreverse a crearlo.
Si aún sigues leyendo esto significa que te interesa saber cómo crear un emprendimiento y tener éxito en el trayecto, por ello te brindamos los 5 consejos que todo emprendedor debe saber antes y durante la creación de su emprendimiento:

  1. Saber bien las necesidades del público al que te diriges
    Un error muy común que tienen los emprendedores es que no siempre ven la necesidad de su público y optan por vender algo que ellos desean. Identifica una oportunidad de negocio parta de una necesidad, de esta forma sabrás que tu producto o servicio siempre tendrá un público asegurado.
    “Sin conocer mucho de negocios pude saber que para que mi negocio triunfara tenía que partir de una necesidad y eso fue lo que hice cuando llegó la hidroeléctrica Celepsa a mi pueblo Yauyos, vi que ellos necesitaban servicios de limpieza, lavandería y jardinería que no contarían en la zona y tendrían que traerlos desde Lima, por ello me atreví a crear un emprendimiento en base a estas necesidades. El año que viene se cumplen 15 años trabajando de la mano con la compañía Celepsa”. Comentó Margarita Sanabria, Fundadora de la empresa Mi Valle.
  2. Arma un buen equipo de trabajo
    Un buen equipo en la empresa es como las raíces de un árbol, por eso todo emprendedor debe rodearse de gente que aporte a que el negocio pueda despegar con mayor facilidad.
    No siempre encuentras el equipo de trabajo que deseas de manera rápida, en mi caso la primera vez que comenté mi idea a nadie le convenció, pero fue cosa del destino que 5 señoras, hoy mis socias, se unieron a mi en lograr este emprendimiento, agregó Margarita.
  3. Formalízate
    Ser formal te da grandes ventajas frente a las empresas informales. Esto se debe a que las empresas grandes buscan a las más pequeñas para trabajar, mientras que ser informal reduce sus oportunidades.
    Además, Margarita Sanabria nos comenta que sabe, lo difícil que es formalizar hoy en día, pero que antes era mucho peor y para poder lograrlo tuvieron que hacer muchos esfuerzos: hipotecas, préstamos y más. “Sin embargo, en todo el camino siempre estuvo de nuestro lado nuestro cliente Celepsa, es algo que debemos de rescatar. No solo se trata de con qué equipo te unes, sino de qué clase de clientes quieres tener y cuando un cliente busca que seas formal y te ayuda en el proceso sabes que es un cliente en el cuál se afianzarán los lazos y podrán trabajar muy bien por muchos años” agregó.
  4. Mejora en el camino
    Ningún negocio comenzará siendo perfecto al 100%, pero con constancia todo se puede lograr. Conoce tus fortalezas y debilidades para que trabajes en ellas y puedas sacar a flote tu negocio.
  5. Empodérate
    No tengas miedo de atreverte a algo nuevo, de salir de los esquemas de tu sociedad y de luchar por tus sueños. Recuerda que la voluntad que tengas será sinónimo del esfuerzo que le pongas a tu negocio para salir adelante.
    “Ser mujer u hombre no es sinónimo de fracaso o éxito en los negocios, en mi empresa las 5 socias somos mujeres y en todas nuestras familias, como se diría comúnmente, la que para la olla es la mujer. No tengas miedo de luchar por tus sueños, más aún cuando tienes muchas ganas de salir adelante”. Finalizó Margarita Sanabria, Fundadora de Mi Valle.

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Mi opinión de la semana en FINDE NIUS (año 3 – finde 103)

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Mi opinión sobre las noticias de la semana FINDENIUS (Año 3, Finde 103 – 7/4/2024) – Hablo de: Marlon Brando, la venta de segunda mano, la Calima y mi recomendación videoclip de «Mala ft. Virginia Guantanamera» de TABAIBA

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«Ni el tirano de Moscú, ni el tirano de Caracas», por José Antonio Torres Iriarte

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El comunismo internacional, adscrito a la Tercera Internacional, fue derrotado políticamente cuando cayó el «Muro de Berlín», se disolvió la URSS, se consumó la reunificación alemana y los países de Europa del Este abandonaron la planificación centralizada, optando por la democracia y la economía de mercado. Para un sector de los historiadores del siglo XX, la centuria anterior concluye en 1991, cuando tuvo su punto final la llamada «guerra fría».

Hoy el mundo comprueba cómo un líder autoritario como Vladimir Putin, enarbolando las banderas nacionalistas, decide invadir Ucrania bajo pretexto de defender la seguridad nacional ante el avance de la OTAN y una influencia cada vez mayor de Occidente en los territorios que fueron parte de la URSS o que pertenecieron a la zona de influencia soviética. Lo cierto es que ni la internacionalización de la economía ni la revolución tecnológica en curso han significado el fin de los nacionalismos en el mundo.

La Rusia de los Zares a inicios del siglo XX, posteriormente la Unión Soviética liderando la llamada «revolución bolchevique» en todo el mundo, ni el Ejército Rojo tomando Berlín en 1945, pueden ser negados como hechos relevantes en la historia del último siglo. La Federación Rusa ocupa el asiento que antes tuvo la Unión Soviética en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Si bien es cierto que la economía rusa ha quedado rezagada respecto a las principales economías globales, no puede olvidarse que Rusia sigue siendo una potencia nuclear.

En un escenario internacional cambiante, ha surgido la República Popular China con su enorme fuerza productiva y su cada vez mayor presencia en América Latina y África; así como también la India, con una población ligeramente mayor que China. Rusia no pretende ser actualmente un promotor del comunismo internacional en el mundo; sin embargo, no ha abandonado la cooperación y el asesoramiento militar en América Latina.

Por otro lado, los Estados Unidos desde los años del presidente Clinton pretendieron liderar la expansión de la libertad en el mundo; sin embargo, la Iniciativa de las Américas y el ALCA fracasaron ante el surgimiento en América Latina de gobiernos adscritos al llamado «socialismo del siglo XXI», representados en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla. El marxismo-leninismo, inspirador del castrismo y dogma para los movimientos guerrilleros de la década de los sesenta, fueron replegándose militarmente o devinieron con el tiempo en brazo armado del narcotráfico, como ocurrió en Colombia.

Fidel Castro hábilmente, en los años noventa, ante el colapso de la economía cubana, apostó por abrir la economía cubana a la inversión hotelera y el sector turismo; pero sobre todo optó por desarrollar otras estrategias políticas, alentando el posicionamiento de líderes sindicales como Lula en Brasil o caudillos militares como Hugo Chávez en Venezuela. Fidel Castro no tuvo reparo en recibir a Juan Pablo II en 1998, como muestra de apertura política y religiosa.

Mientras se desarrollaban reformas económicas en Rusia, en Europa se daban pasos seguros hacia la Unión Europea y el establecimiento del euro como moneda única. La Unión Europea incorporó a países de Europa del Este y amplió el radio de influencia de la OTAN, dejándose atrás el Pacto de Varsovia. La globalización de la economía se impuso en un contexto de conflictos nacionalistas o «guerras de baja intensidad», como la ocurrida en los Balcanes. El terrorismo internacional sorprendió al mundo en el 2001, así como la invasión de Irak marcó una época.

En el plano ideológico, los otrora partidos comunistas dejaron de lado las tesis de la dictadura del proletariado y la lucha de clases. El neomarxismo desde la academia y los organismos no gubernamentales desde la llamada «sociedad civil» ganan espacio político y desarrollan un nuevo discurso que se sintetiza en el derecho al aborto, la ideología de género, el matrimonio igualitario, la eutanasia, el cambio climático, la protección del medio ambiente, los Derechos Humanos y muchos campos más.

En un mundo marcado por el internet y las redes sociales, los multimillonarios o magnates de la globalización han decidido financiar los proyectos de cooperación internacional con una mirada supuestamente progresista. Fundaciones, ONG, gobiernos de Occidente y los organismos internacionales adscritos a la Unión Europea y al Sistema de Naciones Unidas cada vez están más alineados con conceptos ideológicos convertidos en fundamento de las novedosas políticas públicas diseñadas.

Si en el pasado el Fondo Monetario Internacional imponía Ajustes Estructurales en las economías de América Latina, hoy la cooperación internacional pretende virtualmente imponer políticas sesgadas que incluso pueden colisionar con las libertades fundamentales. Lo cierto es que todos aquellos que militaron en partidos y movimientos de izquierda marxista hace unas décadas; hoy son los gestores de organismos no gubernamentales presentes de modo hegemónico en el plano internacional y en la vida nacional de nuestros países.

En el Perú, los otrora integrantes de la Izquierda Unida que en 1985 postuló con poco éxito a Alfonso Barrantes Lingán a la presidencia de la República (frente a Alan García) son actualmente los líderes de la «costra caviar» que deciden la suerte de la política nacional. Diego García Sayán, desde una posición discreta, y Gustavo Gorriti, desde el Instituto de Defensa Legal, junto con decenas de ex militantes de la Izquierda Unida de los años ochenta y cuadros políticos y activistas más jóvenes, son los voceros de un sin número de ONG que pretenden erigirse en autoridad moral y censores de la política nacional.

Si Occidente equivocadamente creyó que los nacionalismos serían superados por el crecimiento económico, la reducción de la pobreza, la revolución tecnológica y el avance de la libertad en el mundo; ocurre lo mismo en el plano ideológico ante el avance de un globalismo avasallador financiado irresponsablemente, sobre todo «por los nuevos ricos» en tiempos de crecimiento del comercio internacional. La agenda de Naciones Unidas esconde una ideología que pretende imponerse por encima de valores fundamentales como la libertad humana y la familia.

El presidente Joe Biden está lejos de ser un líder que defiende la libertad, por ello su gobierno no tuvo reparo en acercarse y llegar a acuerdos con el dictador Nicolás Maduro, levantando parte importante de las sanciones económicas impuestas. Biden confió en que el gobierno venezolano convocaría a elecciones libres y transparentes. Hoy la tiranía de Caracas se mantiene fuerte, impidiendo la postulación de María Corina Machado a la presidencia; del mismo modo, Díaz Canel reprime al pueblo cubano, así como lo hace la pareja Ortega-Murillo en Nicaragua. Las tiranías deben ser depuestas en el mundo. Ni el tirano de Moscú, ni el tirano de Caracas deben prevalecer. Es el momento de defendernos de las tiranías, del globalismo avasallador y de las nuevas formas de imperialismo.

José Antonio Torres Iriarte
Abogado y analista político

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