Una terrible ola de calor azota a Corea del Norte, donde las temperaturas superan los 35 grados celcius. Los transeúntes de las principales calles de Pyongyang, capital del país, combatían el calor con paraguas y ventiladores de mano.
Algunos se refrescaban comiendo hielo raspado con aderezos dulces, un postre tradicional del verano. A pesar del clima sofocante, todos usan mascarillas para evitar la propagación de la COVID-19. La mayoría de los hogares de la empobrecida Corea del Norte no tiene aire acondicionado, y solo una cuarta parte de la población tiene acceso a la electricidad.