La tensión por la amenaza de una guerra se vuelve a apoderar de la península coreana. El régimen norcoreano de Kim Yong-un realizó una nueva prueba de misil balístico, disparó una amplia descarga de artillería y envió aviones de combate cerca de la frontera con Corea del Sur.
El propio líder de Corea del Norte supervisó personalmente las pruebas de misiles balísticos, que se vienen realizando en las últimas semanas a manera de ejercicios de despliegue nuclear táctico.
Un portavoz del ejército norcoreano aseguró que los ejercicios militares se ordenaron en respuesta a acciones de “provocación” de la artillería surcoreana cerca de la frontera común.
De esta manera, el Ejército Popular de Corea (EPC) envió “una severa advertencia a los militares surcoreanos que incitan a la tensión militar en la zona del frente con una acción imprudente”, declaró un portavoz, según informó la agencia de noticias estatal norcoreana KCNA.
Por su parte, el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas surcoreanas indicó que diez aviones norcoreanos fueron detectados a 25 kilómetros de la línea de demarcación fronteriza entre el jueves y viernes.
Las aeronaves norcoreanas cruzaron la “línea de reconocimiento”, lo cual llevó a Seúl a enviar a la zona varios aviones de combate F-35ª y otros aparatos, de acuerdo con el informe citado por Yonhap.
Corea del Norte lanzó durante la noche 170 disparos de artillería frente a las costas este y oeste del país que, según Seúl, vulneraron la “zona de defensa” marítima acordada en 2018.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.