En el estado de Rio Grande do Sul, en Brasil, el ciclón extratropical deja hasta el momento más de 40 muertos, nueve desaparecidos y 3.575 personas desplazadas. El fenómeno, considerado como “poco común”, ha dejado “un escenario de guerra” con casas, negocios, escuelas y calles destruidas.

El gobernador de dicha localidad, Eduardo Leite, firmó un decreto por el que se declara el estado de calamidad pública en los municipios afectados por las lluvias torrenciales, las inundaciones y avalanchas.

El gobierno del estado calificó al ciclón como desastre a gran escala de nivel 3 debido a la destrucción de viviendas y carreteras. Se informó que se ha movilizado a más de 900 funcionarios estatales para buscar, rescatar e identificar a las víctimas.

Eduardo Leite visitó la zona del desastre y, a través de las redes sociales, prometió que no se escatimarán esfuerzos para reconstruir las casas y la infraestructura destruidas por el crecimiento del agua.

Según el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), al menos 50 municipios de los dos estados del sur se han visto afectados, y la ciudad de Muçum, en Rio Grande do Sul, tiene el 80% de sus estructuras bajo el agua. El regional de defensa civil emitió una alerta de inundaciones en torno al río Jacuí y el delta del Jacuí “La situación es crítica”, dijo el ministro del MDS, Wellington Dias, en Twitter.

Añadió que, junto con otros departamentos, el MDS ha estado “proporcionando apoyo a las víctimas, (y) llevando a cabo la asistencia de emergencia en las zonas afectadas”.