Se encendieron las alarmas en Asia. Corea del Norte, gobernado por Kim Jong-un, lanzó dos misiles de corto alcance que cayeron en la zona económica exclusiva (ZEE) de Japón, poco después de que Pyongyang advirtiera que habría “inevitablemente” una respuesta a las maniobras conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, informó que los disparos no habían causado daños. Agregó que estas acciones “violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y constituyen un acto temerario que agrava las provocaciones (de Pyongyang) ante la comunidad internacional”.
El Estado Mayor Conjunto de Seúl indicó horas antes que había detectado el lanzamiento de “dos misiles balísticos de corto alcance desde el área de Sunan hacia el mar del Este entre la 19H25 y 19H37 (10H25 a 10H37 GMT)”, refiriéndose al también conocido como mar de Japón.
“Hemos intensificado el monitoreo en caso de nuevas provocaciones y estamos manteniendo la disposición en estrecha coordinación con Estados Unidos”, agregó la entidad. Las relaciones entre las dos Coreas se encuentran en uno de sus peores momentos de los últimos años. Corea del Norte realizó en 2023 múltiples lanzamientos de misiles que violan las sanciones, incluido el lanzamiento de prueba de misiles balísticos intercontinentales.
En respuesta, la administración del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol reforzó la cooperación de defensa con Estados Unidos, organizando ejercicios militares conjuntos regulares a gran escala.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.