¡Volvió la tensión en la península coreana! Corea del Sur acusó al régimen de Pyongyang, presidido por Kim Jong-un, de invadir su espacio aéreo con varios drones, lo que motivó el desplazamiento de aviones caza para tratar de derribarlos.
La presencia de los drones de Corea del Norte se registró en Gyeonggi, según un comunicado el Estado Mayor surcoreano, que calificó el hecho como “un claro acto de provocación”.
Tras la incursión ocurrieron varios disparos de advertencia del ejército surcoreano, que además desplegó cazas y helicópteros de combate para tratar de abatir los cinco drones. Uno de ellos se adentró en el espacio aéreo cerca de la capital surcoreana, Seúl.
En la refriega, uno de los aparatos, un caza ligero KA-1, se estrelló en la zona de Hoengseong, según la agencia de prensa Yonhap. El ejército surcoreano no informó si los drones fueron abatidos o si regresaron del lado norcoreano.
Las fuerzas militares de Seúl enviaron, además, sus propios aparatos pilotados y no pilotados junto a la línea de demarcación entre las dos Coreas y al norte de la misma, para tareas de “reconocimiento” y “operativas”, como la toma de fotografías de “instalaciones militares enemigas”, informó el Estado Mayor surcoreano. “Nuestro ejército seguirá respondiendo de manera decidida a semejantes provocaciones de Corea del Norte”, agregó.
Por esta razón, los vuelos fueron temporalmente suspendidos en los aeropuertos internacionales de Gimpo e Incheon, cerca de Seúl, durante una hora, por pedido del Estado Mayor surcoreano, según Yonhap.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.