Un tren que transportaba cerca de 400 mil litros de cloruro de vinilo, una sustancia tóxica y cancerígena, se descarriló en el pueblo de East Palestine, en Ohio, Estados Unidos. El accidente, calificado como la peor catástrofe ambiental en la historia del país y comparado con Chernóbil, está causando la muerte de vacas, ovejas, perros, gatos y peces a 150 kilómetros a la redonda.
El hecho ocurrió cerca de la frontera de los estados de Ohio y Pennsylvania el pasado 3 de febrero, pero recién se conoce su magnitud debido a un extraño silencio de las autoridades y la prensa local. Se especula que el “avistamiento de ovnis” en los últimos días sea una cortina de humo para ocultar esta tragedia.
El derrame provocó la evacuación de más de 5,000 personas debido a una columna de cloruro de hidrógeno y fosgeno —un gas que fue utilizado como arma química en la Primera Guerra Mundial—, subproductos del cloruro de vinilo, tras una explosión controlada realizada para evitar un mayor derrame. Esta acción causó una nube tóxica y una lluvia ácida.
Se supo que el cloruro de vinilo, que es imposible de eliminar del organismo, es utilizado para fabricar teflón y otros artículos de plástico, como tuberías, cables y productos para empacar.
El Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin sostuvo que “los estudios en humanos y animales muestran tasas más altas de cáncer de hígado, pulmón y varios otros tipos” en quienes se exponen a esta sustancia. Agrega que puede afectar el hígado, los riñones, los pulmones, el bazo, el sistema nervioso y la sangre de una persona.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.