Cientos de ciudadanos de Beijing, China, desafiaron el frío y atendieron el llamado a manifestarse que cundía por las redes sociales, en una concentración silenciosa por las víctimas de un incendio y también contra las políticas anti-Covid del gobierno.
Alentados por el hartazgo que sienten por las restricciones sanitarias, los participantes se congregaron a orillas del río Liangma, al término de una jornada marcada por otras marchas similares celebradas en varios puntos del país. “¡Nada de tests de Covid, queremos comer!”, gritaban los manifestantes, algunos ondeando folios blancos, en alusión a la censura, y otros encendiendo velas en un altar improvisado, en el que también se colocaron ramos de flores.
Una hoja de papel decía: “Por las víctimas que murieron en el incendio de Urumqi el 24 de noviembre”. El fuego, ocurrido en la capital de la provincia de Xinjiang (noroeste), dejó 10 muertos y acentuó el descontento que ha ido creciendo en los últimos meses contra la estricta política de Cero Covid impuesta por las autoridades.
La concentración, en la que participaron sobre todo jóvenes, se desarrolló sin sobresaltos a pesar de la docena de vehículos de la policía desplegados en las inmediaciones. Otros gritaban consignas como “Xi Jinping, renuncia” y “Partido Comunista, renuncia”. Algunos también sostenían pancartas en blanco.
Esta clase de demandas son algo inusual dentro de China, donde cualquier crítica directa al gobierno y al presidente puede resultar en duras sanciones.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.