El presidente de Colombia, Gustavo Petro, enfrenta la más dura crisis de su régimen. Sus dos asesores más cercanos, Laura Sarabia y Armando Benedetti, salieron del Gobierno el viernes último, antes de que se hicieran públicos audios del segundo, exembajador de Bogotá en Venezuela, que abrieron un escándalo político donde se pone en cuestión el financiamiento de la campaña presidencial del mandatario.
Benedetti se refirió al presunto consumo de cocaína por parte del jefe de Estado y declaró que los dineros de la campaña no fueron de “emprendedores”, dando a entender que el financiamiento provino del narcotráfico. Ante esta situación, la oposición está exigiendo su renuncia.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la apertura de una investigación contra la campaña de Petro por presuntamente ocultar pagos a testigos electorales.
Ante esta delicada situación, Petro empezó a lanzar conjeturas y comparó su caso con el de Pedro Castillo. Se pronunció luego de que la exfiscal Viviane Morales exigiera que la fiscalía le abra una investigación. “Frente a los gravísimos hechos que ha conocido el país y que tiene que investigar la Fiscalía es inobjetable que el presidente Petro tiene un conflicto de intereses para integrar la terna que debe elegir al nuevo fiscal”, escribió la exmagistrada.
Petro replicó de inmediato y en su cuenta en Twitter señaló: “Por aquí comienza todo. Pero no solo buscan impedir que el gobierno del cambio presente la terna fiscal (…), sino que buscan el camino que sufrió Pedro Castillo, como bien lo expresó Néstor Humberto Martínez”.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.