“De los parámetros propuestos, el que realmente podría afectar la calidad de vida de los vecinos es el incremento de la densidad por encima de la capacidad del suelo de soportarla”.
La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) acaba de publicar la ordenanza 2361-2021 que regula la ejecución de los proyectos para viviendas de interés social (VIS) dentro del ámbito metropolitano, mediante la propuesta de parámetros urbanísticos (principalmente altura y densidad) y edificatorios (área libre, tamaño de departamentos, estacionamientos, entre otros) que hagan más atractiva su inclusión en los desarrollos inmobiliarios. Para comprender el contexto de esta ordenanza, debemos remontarnos a la demanda competencial presentada por la MML contra el Ministerio de Vivienda (MVCS) por la aplicación Decreto Supremo 010-2018 y sus modificatorias (DS), que persigue el mismo fin, pero con un alcance nacional. La MML argumenta que el MVCS no tiene competencias para modificar los parámetros urbanísticos y edificatorios de la ciudad, y que ellos responden a la realidad urbana de cada distrito.
Lo que sorprende de la ordenanza es que, lejos de adaptar a la realidad metropolitana los parámetros propuestos por el DS, los reproduce casi íntegramente, exceptuando de su ámbito de aplicación a los distritos de San Isidro, Miraflores, San Borja, Santiago de Surco y La Molina, que forman parte del Área de Tratamiento Normativo III.
De los parámetros propuestos, el que realmente podría afectar la calidad de vida de los vecinos es el incremento de la densidad por encima de la capacidad del suelo de soportarla. Es decir, de la cantidad de personas que pueden habitar un determinado espacio en relación a las áreas verdes, los equipamientos (colegios, centros de salud, recreación, etc.), los servicios básicos (agua, desagüe, electricidad, internet, etc.), y la conectividad (red y modos de transporte) que en él se ofrecen. Esto no se resuelve en la ordenanza de la MML, que al reproducir los parámetros del DS incrementa de 2.250 a 5.600 habitantes por hectárea la densidad máxima permitida en la ciudad, excluyendo justamente a los distritos que presentan las mejores condiciones urbanas para soportar ese incremento sin generar un detrimento en la calidad de vida de sus actuales residentes.
El alcalde Muñoz (El Comercio, 2021), declaró que esta exclusión responde al mal uso que se le vendría dando al DS para generar un mayor número de viviendas en las zonas más caras de la ciudad, que no estarían siendo destinadas a cubrir el déficit de VIS. Esto se podría resolver fortaleciendo el trabajo en conjunto de las municipalidades distritales con el Fondo Mi Vivienda, monitoreando los proyectos desde que son presentados para la licencia de construcción hasta que son ofertadas al mercado inmobiliario. Ya existen mecanismos para la denuncia y posterior sanción de los que incumplen con el reglamento.
De lo que quizás no ha sido consciente el Concejo Metropolitano es que dicha exclusión puede ser interpretada como un acto de discriminación hacia las personas que solo podrían acceder a una vivienda en esos distritos mediante los programas del fondo. El hecho que esa oferta no exista en determinadas zonas no debería ser producto de una ordenanza, sino de mecanismos que no estarían siendo lo suficientemente efectivos para su generación.
El Plan de Desarrollo Metropolitano de Lima al 2040 está en la fase de consulta pública, casi listo para su aprobación y publicación. En él se han desarrollado una serie de propuestas para orientar el desarrollo equilibrado e integral de la ciudad bajo los principios de justicia, equidad y sostenibilidad; en particular de regeneración urbana y generación de VIS. Este enorme esfuerzo de la MML y el MVCS debería verse reflejado en la revisión del Programa Metropolitana de Vivienda, superando los problemas detectados en la ordenanza, y estimulando la generación de una amplia y diversa oferta de viviendas en entornos urbanos que garanticen la calidad de vida de sus vecinos actuales y futuros.
La ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Fanny Montellanos, expresó su plena confianza en que el Congreso de la República otorgará el voto de confianza al gabinete liderado por Eduardo Arana.
Sus declaraciones se dieron tras presidir el taller “Adaptación de Intervenciones basadas en evidencia”, organizado por el MIMP, como parte del fortalecimiento institucional del sector.“Estamos seguros de que nos van a dar el voto de confianza. Este es un gabinete que promueve el diálogo con resultados. Es un gabinete muy cohesionado, que busca la unidad y también la articulación”, afirmó la ministra Montellanos, tras referirse a las reuniones sostenidas por la presidenta Dina Boluarte y el jefe del Consejo de Ministros con diversas bancadas parlamentarias.
Durante el evento, la titular del MIMP remarcó que su gestión se rige por dos ejes transversales fundamentales: la articulación y el uso de evidencia para el diseño de políticas públicas. “Contamos con un convenio que nos permite aterrizar nuestras políticas y buscar no solamente más ciencia, sino más evidencia para transformar historias y vidas.
Ese es nuestro principal objetivo”, enfatizó.El taller, que forma parte de la implementación de la metodología IPV – Marco ADAPT+, busca fortalecer capacidades técnicas dentro del ministerio, promoviendo la adaptación de intervenciones basadas en evidencia científica.
Montellanos hizo un llamado al personal del MIMP a participar activamente en estos espacios de capacitación, que consolidan el enfoque técnico del sector.
Con el firme compromiso de seguir promoviendo la participación activa de la mujer en la vida política y democrática del país, la Oficina de Participación Ciudadana del Congreso de la República, bajo la dirección de la Dra. Milagros Salazar, organiza el Plenario Regional de Lima Metropolitana del Parlamento Mujer 2025, que se llevará a cabo los días 24 y 25 de abril en el Auditorio José Faustino Sánchez Carrión del Palacio Legislativo.
Durante dos jornadas, decenas de mujeres representantes de diversos distritos de Lima asumirán simbólicamente el rol de congresistas, debatiendo, proponiendo y aprobando iniciativas legislativas en un ejercicio democrático que fortalece su liderazgo y su presencia en el espacio público.
Esta experiencia única no solo visibiliza el potencial transformador de las mujeres, sino que también reafirma el compromiso del Congreso con la construcción de una ciudadanía activa, inclusiva y comprometida con el futuro del país.
“Con este programa, el Congreso abre sus puertas a las voces femeninas que, desde sus comunidades, lideran cambios reales y proponen soluciones concretas”, destacó la Oficina de Participación Ciudadana.
El evento incluirá espacios de formación, diálogo directo y reflexión colectiva, con el objetivo de inspirar a más mujeres a involucrarse activamente en los asuntos públicos.