Días de horror se viven en Kiev, capital de Ucrania, por los ataques de Rusia con misiles y drones kamikaze, que devastaron varios edificios. Diversas ciudades han quedado sin electricidad, mientras que 170 tanques y 200 vehículos blindados de combate rusos, con piezas de artillería y morteros, avanzan hacia la frontera sur de Bielorrusia, que colinda con Ucrania.
El alcalde de Kiev, Vitaliy Klitschkó, informó a través de Telegram de cuatro explosiones en el barrio de Shevchenkivskyi, en el centro de la capital. También confirmó que se trataba de un ataque con drones y publicó una foto de unos artefactos donde se podía leer “Gerán-2”, que es el nombre ruso del aparato no tripulado “Shahed-136” iraní.
El primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, informó que “terroristas rusos han atacado una vez más la infraestructura energética de Ucrania en tres regiones”. Shmyhal también denunció el lanzamiento de misiles contra infraestructuras del suministro esencial de electricidad en las regiones de Sumy (norte) y Dnipropetrovsk (centro).
“Cientos de asentamientos han quedado desconectados a consecuencia del ataque”, alertó. El ministro reiteró el llamamiento a los ciudadanos a consumir energía de forma responsable, en particular durante las horas de mayor demanda. Por otro lado, el mando operativo “Sur” del Ejército ucraniano informó de un ataque contra las infraestructuras de la región de Odesa, en el sur del país.
“Un avión de combate Su-35 lanzó un misil Kh-59 desde el mar Negro que impactó en una de las instalaciones de la infraestructura de la región de Odesa”, anunció la misma fuente a través de su cuenta de Facebook.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.