Alerta en los Balcanes. Una clarinada de alerta lanzó el gobierno de Serbia ante el riesgo de una nueva escalada de tensiones en torno a la situación de la minoría serbia que vive en el norte de Kosovo, al estimar que la situación está ya “al borde del conflicto armado”, según explicó la primera ministra del país del sureste europeo, Ana Brnabic.
Kosovo es un Estado con reconocimiento limitado sin salida al mar que se declaró independiente de Serbia el 17 de febrero de 2008, ubicado en la península balcánica.
“Tengo miedo de una escalada. Nosotros haremos todo por preservar la paz y la estabilidad que sea posible lograr, pero, lamentablemente, no veo que exista estabilidad alguna para los serbios de Kosovo”, expresó Brnabic en una entrevista a la televisión pública serbia RTS. Ana Brnabic acusó al Gobierno kosovar de violar sistemáticamente los derechos humanos de la minoría serbia del país, y a la Unión Europea (UE) y Estados Unidos de ignorar esas violaciones, a las que atribuyen las protestas y barricadas con las que los serbokosovares bloquean desde hace días las carreteras en el norte del país.
Exigen “el respeto de sus derechos humanos básicos”, indicó la primera ministra, quien refirió que solo en lo que va del presente mes, Pristina cometió 16 “violaciones brutales” de acuerdos internacionales y de los básicos derechos humanos.
Además, acusó a la KFOR (la misión de la OTAN en Kosovo) de no haber impedido la supuesta “depuración étnica” de 312 localidades kosovares que desde 1999 habrían sido dejadas sin población serbia.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.