Casi todos los presidentes latinoamericanos que intervinieron en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, exigieron poner fin al conflicto provocado por la invasión de Rusia sobre Ucrania, que ha ahondado la crisis alimentaria mundial, disparó los precios de la energía y gatilló la inflación.
Los pronunciamientos vinieron desde todos los frentes políticos e ideológicos. El derechista brasileño Jair Bolsonaro y el paraguayo Mario Abdo Benítez, coincidieron con los izquierdistas Gustavo Petro (Colombia), Luis Alberto Arce (Bolivia) y el peruano Pedro Castillo.
“Alto el fuego inmediato” y “diálogo” fueron algunos de los deseos y demandas más oídos en la tribuna de la ONU de la boca de los latinoamericanos y otros países del sur.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de querer “borrar” del mapa a Ucrania, en una violación “descarada” de la Carta de las Naciones Unidas, el documento fundacional de la organización y eje del orden liberal global creado tras la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, Putin anunció una “movilización parcial” de los reservistas en edad combatir en Ucrania. Además, advirtió a Occidente que Moscú está dispuesta a utilizar “todos los medios” para defenderse.
“Esto no es un bluf ”, señaló Putin, quien acusó a los países occidentales de querer “destruir” Rusia y de haber recurrido al “chantaje nuclear” contra su país, dejando entrever que sus fuerzas estarían dispuestas a utilizar el arma nuclear.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.