Una nueva tragedia por la guerra contra Ucrania. Catorce personas, entre ellas tres niños, perdieron la vida por el choque de un cazabombardero supersónico Sukhoi 34 con un edificio en el que residían 600 personas en Yeisk, en el suroeste de Rusia.
Luego de contabilizar 13 víctimas, los rescatistas “encontraron otra persona muerta”, según declaró el gobernador de la región de Krasnodar, Veniamin Kondratiev. Los investigadores dijeron que, en principio, la principal hipótesis para explicar este accidente sería un “fallo técnico” del aparato.
El presidente ruso, Vladimir Putin, presentó “sus más profundas condolencias” a las familias de las víctimas, informó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
La ciudad balnearia de Yeisk, en el mar Azov, donde ocurrió la tragedia, limita con Ucrania. De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Rusia, la nave, cuyo costo por unidad es de unos 35 millones de euros, cayó y se incendió, generando llamas que se extendieron por un área de 2.000 metros cuadrados. Entre 15 y 17 apartamentos resultaron dañados por el fuego.
Especialistas forenses del Departamento Principal de Investigación Militar se encuentran trabajando en el lugar del accidente. Los residentes del edificio fueron evacuados a centros de acogida temporal. Imágenes divulgadas en las redes sociales filmadas por testigos mostraron un edificio envuelto en llamas y a bomberos, desplegados desde distintos puntos de la región, luchando por combatir el fuego, lo que lograron al cabo de unas horas.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.