En un rincón del mundo donde la Fe y el arte se entrelazan, Madre Pía Göbel ha dedicado 73 de sus 100 años de vida a una vocación única, fusionando su amor por Dios con su pasión por las artes. Nacida en Frankfurt, Alemania, Madre Pía ha dejado una huella imborrable en la comunidad religiosa y artística, especialmente en tierras peruanas.
La historia de Madre Pía comenzó en su juventud, cuando decidió consagrar su vida a Dios a la temprana edad de 26 años. Antes de ese llamado divino, se sumergió en el mundo del arte, estudiando en su tierra natal y adquiriendo un título en la materia. Sin embargo, su camino la llevó más allá de las fronteras alemanas hasta llegar a Perú en 1950, y cinco años después recibiría el santo hábito, en La Habana, Cuba.
Con un ferviente deseo de enseñar, Madre Pía se enfrentó a un desafío en Perú, ya que su título de arte alemán no tenía validez en este país. Sin embargo, en lugar de rendirse, decidió convalidar su carrera, esta vez en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), para perseguir su sueño de ser maestra en el colegio Santa Úrsula.
Madre Pía, en consonancia con los valores fundamentales de la Orden Ursulina, ha inculcado a sus estudiantes, valores que perduran en el tiempo. El comportamiento ético y la honestidad son virtudes que ha destacado, creando un ambiente educativo donde la responsabilidad, la solidaridad y el espíritu de servicio son pilares fundamentales. El respeto y la tolerancia, la Fe, así como el cuidado de la vida y el medio ambiente, son valores que Madre Pía ha transmitido con fervor a generaciones de estudiantes.
Desde entonces, Madre Pía ha sido una figura clave en la Orden Ursulina, involucrándose con dedicación y llevando a cabo numerosas obras de ayuda social. Su labor se expandió junto con la Orden Ursulina a comunidades necesitadas, como el barrio de Miramar en San Miguel, los niños de habilidades especiales del colegio » La Alegría del Señor”, el colegio San José de Miramar y la misión en Pachacútec – Ventanilla.
Desde 1951 se inició el trabajo de catequesis y ayuda a los niños. Madre Pía Göbel, una mujer cuyo legado trasciende los límites del tiempo, ha plasmado una marca indeleble en la historia de la Orden Ursulina y en las comunidades que ha tocado con su amor, con pasión y pincel, como es el caso de su paso por Jarpa en Junín, en la década de los 80, que compartió su arte y evangelización con las personas de bajos recursos y niños discapacitados de esta comunidad.
En 1958, la visión de la Orden Ursulina se cristalizó con la apertura del Colegio San José en Miramar, convirtiéndose en un faro de educación y esperanza para los habitantes de escasos recursos de la comunidad.
Con motivo de sus 100 años de vida, la Orden Ursulina ha decidido rendir homenaje a Madre Pía de una manera única, a través de una galería de arte virtual, ingresando al enlace: https://santaursula.edu.pe/galeria-de-arte-madre-pia-gobel/, donde se exhibirán 20 obras seleccionadas de las más de cien obras pintadas por la propia Madre Pía, que permitirá a todos apreciar la destreza artística y la imaginación que ha desplegado a lo largo de su vida.
Estos lienzos, creados con tinta china, reflejan la grandeza de su corazón, capturando la esencia de las personas tanto en Alemania como en Perú. La galería virtual, accesible para todos a través del enlace proporcionado, es una oportunidad única para sumergirse en el mundo artístico de Madre Pía y un regalo para aquellos que deseen explorar la riqueza de su creatividad.
En una emotiva ceremonia realizada en el Museo Nacional Afroperuano del Congreso de la República, el alcalde distrital de San Antonio de Cañete, Juan Edgar Malásquez Jara, anunció el programa oficial de actividades por el 119º aniversario patronal de San Antonio, festividad que se llevará a cabo del 31 de mayo al 14 de junio.
Durante su intervención, el alcalde Malásquez, destacó el valor histórico, religioso y cultural de esta festividad, que representa la mayor celebración del distrito y precede incluso a su creación política como distrito. Además, subrayó el papel articulador del gobierno local en la promoción del turismo, las tradiciones y la fe del pueblo sanantoniano. El programa de actividades incluye misas diarias, procesiones, ferias gastronómicas, presentaciones de danzas típicas, actividades culturales, así como el vigésimo Concurso Nacional de Marinera Norteña el 8 de junio y el tradicional concurso de faroles escolares el 9 de junio. Todo esto en un entorno de profunda espiritualidad y confraternidad comunitaria.
La festividad contará también con la participación de distritos vecinos, cuyos alcaldes llegarán acompañados de las imágenes de sus santos patrones, reforzando la hermandad entre los pueblos del valle.
En tal sentido, se resaltó la riqueza gastronómica de San Antonio, donde la tradición y el sabor se funden en platos emblemáticos como el picante sanantoniano, la sopa bruta con carapulca, el arroz con pato y postres típicos como la chapana. Todo ello acompañado por bebidas tradicionales como la chicha de maní y la refrescante mochila de jora, elaboradas por cocineras y cocineros que mantienen viva la herencia culinaria del distrito. “San Antonio abre sus puertas y extiende una cálida invitación al público a ser parte de esta celebración que honra la historia, exalta la cultura y deleita los sentidos con lo mejor de su identidad, enfatizó la autoridad edil.
Por otro lado, al ser consultado sobre la reubicación de centro penitenciario juvenil ‘Maranguita’, el burgomaestre reiteró su firme oposición a dicho traslado a San Antonio, argumentando el impacto negativo que ello tendría sobre el desarrollo turístico, la seguridad y la identidad del distrito.
El cantante de cumbia Tony Rosado, más conocido como El Ruiseñor de la Cumbia, dará inicio a su gira por Estados Unidos que lleva el nombre de “Yo me llamo cumbia” que lo llevará por los estados de New Jersey, New York, Washington D.C., California, Maryland, Utah y Colorado.
Este recorrido representa no solo un reencuentro con su público migrante, sino también la internacionalización de un género que refleja las emociones, costumbres y tensiones sociales del Perú contemporáneo. Rosado no solo canta cumbia, la encarna como símbolo vivo de la peruanidad. El intérprete de “Ya la olvidé” es mucho más que una voz emblemática: es un ícono cultural que ha marcado generaciones en el Perú.
Tony Rosado natural de Piura forjó su carrera desde los años 70 junto a Armonía 10, participando en momentos históricos del género. Con su estilo inconfundible el artista ha sido una figura clave en la consolidación de la cumbia.