La convulsión social continúa en Ecuador y uno de los focos de protesta lo constituyen las cárceles. Otras 9 personas murieron en el Centro de Privación Provisional de Libertad “El Inca”, ubicado en el norte de Quito, lo que sube a 400 la cifra de reclusos fallecidos en situaciones violentas en los últimos meses.
La nueva masacre es investigada por la Fiscalía y el acceso a la cárcel permanece rodeado de militares, ambulancias y camiones de bomberos.
El Servicio Nacional de Atención a Personas (SNAI) informó que los enfrentamientos iniciaron tras el traslado de Jonathan Bermúdez, cabecilla de la banda de “Los Lobos”, quien es sindicado como el sujeto que dirigió, a inicios de noviembre, una matanza en la cárcel de “El Inca” en la que murieron cinco reos.
“Miembros de esta organización delictiva tomaron represalias violentas” por la reubicación de Bermúdez, explicó el SNAI. Agregó que otros tres presos considerados responsables “intelectuales” de los ataques de esta tarde serán trasladados a “La Roca”, una prisión de máxima seguridad en la costera Guayaquil (suroeste) a donde más temprano fue reubicado el cabecilla de Los Lobos.
ADVERTENCIA
También fue trasladado a “La Roca” un reo conocido como “Anchundia”, cabecilla de la banda “R7”, a quien las autoridades acusan de ser el responsable de disturbios en la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas (centro).
“Les dijimos que no nos temblaría la mano”, afirmó el presidente Guillermo Lasso a través de Twitter. En su mensaje, el mandatario incluyó fotografías de reclusos con las manos atadas o con las manos en la nuca y tumbados boca abajo en patios y pasillos de las prisiones.
“Que las mafias y cabecillas no se confundan: este será el mismo destino a quienes continúen con sus intentos de quebrar la paz de los ecuatorianos”, advirtió el mandatario en la misma red social.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos logró una alianza con el estado de Nebraska para ampliar el espacio de detención para “extranjeros criminales” detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta es la tercera alianza estatal que ICE logra luego de las prisiones de “Alligator Alcatraz” en Miami y “Speedway Slammer” en Indiana y la nueva instalación será apodada como “Cornhusker”.
En la mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra, en febrero del 2022, las fuerzas de Rusia lanzaron más de 500 misiles y drones contra Kiev, la capital de Ucrania, dejando al menos 23 heridos y causando gran destrucción e incendios en zonas urbanas.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que las explosiones provocaron incendios, daños materiales y la caída de fragmentos de proyectiles en múltiples zonas residenciales. Agregó que 15 de los heridos fueron hospitalizados y otros cinco reciben atención ambulatoria.
Según Timur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev (KMVA), al menos 13 puntos de los distritos de Solomyanskyi, Svyatoshynskyi, Darnytskyi, Dniprovskyi y Shevchenkivskyi resultaron afectados. Agregó que entre los heridos se encuentran hombres y mujeres de entre 25 y 57 años, con lesiones como politraumatismos, quemaduras y heridas cortantes.
El ataque comenzó hacia las 21:30 horas (local) del jueves, e incluyó el uso de drones Shahed y misiles balísticos. Las defensas aéreas ucranianas fueron activadas repetidamente durante la noche.
En el distrito de Solomyanskyi, se registraron incendios en techos de edificios y vehículos incendiados en patios residenciales. En Darnytskyi cayeron fragmentos de drones. Algunos restos fueron hallados cerca de instituciones educativas y viviendas.
Estos ataques se producen luego de informarse de una charla que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin. Ayer, el mandatario de Ucrania, Vladímir Zelensky, dijo haber acordado con Trump fortalecer la defensa aérea ucraniana.