En la parte baja del cerro donde se encumbró la casa hacienda Buenavista, construida en el siglo XVIII en Lurín y donde habría vivido la Perricholi, se encuentra hasta ahora el puquio conocido como el Cántaro del Inca, un lugar histórico que fue escenario de una leyenda recogida por el sabio Julio C. Tello. El profesor y periodista Carlos Rivas ha emprendido una cruzada para salvaguardar esta fuente de agua y convertirla en un parque temático de atracción turística y de revaloración de la historia.
La protagonista de la leyenda que llegó a oídos del “Padre de la arqueología peruana” es la princesa Wichuka, una mujer de belleza incalculable que había cautivado a Pariacaca (dios del agua y las lluvias torrenciales). Pariacaca, cuyos dominios se extendieron por Huarochirí y Yauyos, en las alturas de Lima y Junín, había condicionado el abastecimiento de agua al pueblo a cambio de tener a la princesa como esposa.
La hermosa Wichuka decidió arrojar un cántaro sobre Lurín, lo que le permitió romper el hechizo que la sometía al dios Pariacaca y, además, dio origen a los manantiales de todo el valle. “Así nació aquel lugar que pasó a llamarse el Cántaro del Inca, un enclave de atracción turística y valor ecológico que debemos salvar de la depredación de los enemigos de la naturaleza”, expresó Carlos Rivas.
“Se debería emitir una ordenanza que lo declare de interés ecológico, turístico y paisajístico para verlo convertido algún día en un extraordinario parque temático”, agregó el docente y comunicador, quien es autor de diversos libros sobre historia, tradiciones y lucha social, como “Lurín entre mitos, fábulas y leyendas”, “Crónicas de las luchas campesinas en el valle de Lurín” y “El problema de la tierra en el valle de Lurín”, entre otros,
En una emotiva ceremonia realizada en el Museo Nacional Afroperuano del Congreso de la República, el alcalde distrital de San Antonio de Cañete, Juan Edgar Malásquez Jara, anunció el programa oficial de actividades por el 119º aniversario patronal de San Antonio, festividad que se llevará a cabo del 31 de mayo al 14 de junio.
Durante su intervención, el alcalde Malásquez, destacó el valor histórico, religioso y cultural de esta festividad, que representa la mayor celebración del distrito y precede incluso a su creación política como distrito. Además, subrayó el papel articulador del gobierno local en la promoción del turismo, las tradiciones y la fe del pueblo sanantoniano. El programa de actividades incluye misas diarias, procesiones, ferias gastronómicas, presentaciones de danzas típicas, actividades culturales, así como el vigésimo Concurso Nacional de Marinera Norteña el 8 de junio y el tradicional concurso de faroles escolares el 9 de junio. Todo esto en un entorno de profunda espiritualidad y confraternidad comunitaria.
La festividad contará también con la participación de distritos vecinos, cuyos alcaldes llegarán acompañados de las imágenes de sus santos patrones, reforzando la hermandad entre los pueblos del valle.
En tal sentido, se resaltó la riqueza gastronómica de San Antonio, donde la tradición y el sabor se funden en platos emblemáticos como el picante sanantoniano, la sopa bruta con carapulca, el arroz con pato y postres típicos como la chapana. Todo ello acompañado por bebidas tradicionales como la chicha de maní y la refrescante mochila de jora, elaboradas por cocineras y cocineros que mantienen viva la herencia culinaria del distrito. “San Antonio abre sus puertas y extiende una cálida invitación al público a ser parte de esta celebración que honra la historia, exalta la cultura y deleita los sentidos con lo mejor de su identidad, enfatizó la autoridad edil.
Por otro lado, al ser consultado sobre la reubicación de centro penitenciario juvenil ‘Maranguita’, el burgomaestre reiteró su firme oposición a dicho traslado a San Antonio, argumentando el impacto negativo que ello tendría sobre el desarrollo turístico, la seguridad y la identidad del distrito.
El cantante de cumbia Tony Rosado, más conocido como El Ruiseñor de la Cumbia, dará inicio a su gira por Estados Unidos que lleva el nombre de “Yo me llamo cumbia” que lo llevará por los estados de New Jersey, New York, Washington D.C., California, Maryland, Utah y Colorado.
Este recorrido representa no solo un reencuentro con su público migrante, sino también la internacionalización de un género que refleja las emociones, costumbres y tensiones sociales del Perú contemporáneo. Rosado no solo canta cumbia, la encarna como símbolo vivo de la peruanidad. El intérprete de “Ya la olvidé” es mucho más que una voz emblemática: es un ícono cultural que ha marcado generaciones en el Perú.
Tony Rosado natural de Piura forjó su carrera desde los años 70 junto a Armonía 10, participando en momentos históricos del género. Con su estilo inconfundible el artista ha sido una figura clave en la consolidación de la cumbia.