En medio de una fuerte ola de contagios por la variante ómicron, el Gobierno de España desarrolla un plan sanitario para abordar el COVID-19 como una gripe común.

“Trabajamos en ello desde hace semanas. Tenemos las condiciones para que, con precaución y poco a poco, vayamos abriendo el debate a nivel técnico y empecemos a evaluar esta enfermedad como endémica”, dijo el presidente, Pedro Sánchez, sobre esta iniciativa que ha tenido reacciones desiguales entre los profesionales médicos.

Tras las declaraciones del mandatario, el responsable del grupo de vigilancia de gripe y otros virus respiratorios en España, Amparo Larrauri, explica que “ahora, dada la enorme transmisibilidad del COVID-19, resulta un desafío muy grande cumplir estrictamente con los protocolos de vigilancia universal”.

La nueva estrategia se basa en dejar de lado la “notificación exhaustiva de contagios para pasar a una vigilancia centinela”, así como se aplica ya con la gripe común.

Sobre este debate, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que ve precipitado pensar en tratar el nuevo coronavirus como una enfermedad endémica. Esto, por la incertidumbre que aún rodea al SARS-Cov-2 y la alta transmisibilidad de la variante ómicron, que podría contraer más de la mitad de la población europea en un plazo de seis a ocho semanas.