Mi relato
EL POTAJITO DE VERDURAS
ha sido publicado en la Revista Literaria Aguaviva.
Aquí se pueden descargar el PDF de la revista
REVISTA LITERARIA AGUAVIVA
Y, próximamente, será editado en formato fanzine.
América Latina ingresó al siglo XXI en términos generales, dando muestras de que sus gobiernos habían comprendido el valor de preservar la estabilidad macroeconómica, tener níveles moderados de endeudamiento externo, dejar atrás las políticas proteccionistas abriendo la economía al comercio y la integración con otros mercados extraregionales.
En un mundo con mayores oportunidades, con mayores flujos de capital en busca de ser invertidos en destinos seguros; el uso de los Tratados de Libre Comercio fue eficiente; sin embargo en el plano ideológico se fue evidenciando cómo el castrismo de los años sesenta había mutado a expresiones que deponían la guerrilla o la lucha armada, para proponer la integración continental, bajo las banderas del «socialismo del siglo XXI».
Si la Unión Soviética había implosionado en 1991, la Europa del Este se habia liberado del yugo soviético luego de la caída del «muro de Berlin» y Alemania alcanzó su reunificación bajo la égida de la libertad, en América Latina surgían liderazgos que a través del voto popular, iniciaban el proceso de toma del poder con objetivos de largo plazo.
La nefasta influencia cubana con apoyo del Partido Comunista de la Unión Soviética desde la década de los sesenta, había alentado movimientos guerrilleros, financiado a la FARC en Colombia e influenciado en el gobierno de Salvador Allende en Chile.
Cuba cumplió un papel importante para los intereses del comunismo internacional, en un contexto de guerra fría, surgimiento de gobiernos nacionalistas, formación del movimiento de los No Alineados y una carrera armamentista y espacial entre EEUU y la URSS. Ante la disolución de la URSS, era evidente que cambios políticos deberían haberse producido en Cuba; sin embargo bajo un gobierno policiaco y la falta de libertades, ante la inacción de la comunidad internacional; el gobierno castrista abrió la economía a la inversión extranjera en el sector turismo y buscó reposesionarse políticamente en la región.
El socialismo del siglo XXI supo insertarse en el proceso político latinoamericano con nuevas estrategias y un discurso neomarxista conectado con la diversidad de intereses que respondían a las necesidades de nuevos actores sociales; de ese modo no se hablará más de lucha de clases, ni de dictadura del proletariado.
El «socialismo del siglo XXI» tuvo en el Foro de Sao Paulo en un primer momento, en el Partido de los Trabajadores de Brasil un aliado fundamental; que con las victorias electorales sucesivas del chavismo en Venezuela, el triunfo de Evo Morales en Bolivia, de Rafael Correa en Ecuador, del sandinismo en Nicaragua y del peronismo en Argentina logra vertebrar un movimiento político importante.
El proceso político en América Latina debe ser observado más allá de los resultados electorales; en el siglo pasado las tiranías y los golpes de estado, impusieron gobiernos represivos que frenaron el ejercicio pleno de las libertades y los derechos humanos. Hoy con la invasión de Rusia a Ucrania, estamos comprobando la vigencia de los nacionalismos y militarismos en el mundo; siendo evidente que las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela en especial apoyan plenamente al gobierno de Vladimir Putin.
América Latina debe aprender de sus errores, es el momento de la lucha por la libertad; la guerra no nos puede ser ajena, no sólo por los horrores que a diario se perpetran en contra de niños, mujeres y ancianos; sino por el impacto que tiene en los mercados internacionales de alimentos, metales, hidrocarburos y en las principales Bolsas de Valores del mundo.Si en 1989, la caída del Muro de Berlín representó un giro político esperanzador para la humanidad; confío que aún sea posible vislumbrar un orden internacional en el que impere la coexistencia pacífica, libre de hegemonismos.
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EL POTAJITO DE VERDURAS
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Y, próximamente, será editado en formato fanzine.
El municipio advierte la existencia de ‘colectivos’ que trasladan pasajeros y bicicletas hasta la cima del morro. La ATU afirma que no cuentan con autorización para realizar el servicio de transporte ni tienen las condiciones adecuadas. El Comercio verificó que algunas combis arrastran papeletas y sus choferes han sido multados. Los ciclistas, por su parte, piden que se escuche su postura para encontrar una solución.
Más que un mirador natural con vistas privilegiadas de la costa del Pacífico, el Morro Solar de Chorrillos es un espacio emblemático declarado zona histórica intangible e integrante del Patrimonio Cultural de la Nación desde 1986. También es uno de los destinos favoritos para la práctica del ciclismo de montaña y downhill. Hoy, sin embargo, es escenario de una controversia entre la municipalidad distrital y un grupo de deportistas, debido al ingreso de combis que ofrecen subir bicicletas y ciclistas hasta la cima del morro.
De acuerdo a la Municipalidad de Chorrillos, estas combis operan como colectivos informales, cobrando entre S/7 y S/8 por viaje, sin tener permiso alguno de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU). Además, se ha alertado que circulan sin SOAT para pasajeros, sin revisión técnica vigente, y transportan hasta 12 personas con bicicletas en el interior.
El municipio recuerda que, según la Ordenanza Municipal N.º 332‑2018, la vía que sube al Morro Solar solo puede ser utilizada por vehículos autorizados con fines de mantenimiento. Ingresar sin autorización constituye una infracción grave que puede ser sancionada con una multa de S/5,350 y la retención del vehículo.
Durante recientes intervenciones, la ATU y la Policía Nacional calificaron este tipo de traslado como un servicio informal y fuera de la normativa vigente. Según verificó El Comercio, algunas de las combis involucradas —como las de placas AUL‑338 y W2K‑065— tienen multas previas por circular en sentido contrario, no pasar la revisión técnica o brindar transporte sin autorización. Incluso figuran papeletas impagas.
En medio de la polémica, los ciclistas han salido a defender su práctica. Jean Pierre Guzmán, deportista con 40 años de experiencia, explicó que no todos los aficionados tienen vehículo propio y que subir pedaleando es físicamente inviable para muchos. Por ello, pidió que las autoridades habiliten un sistema formal, regulado y seguro para acceder al punto de partida de las rutas de descenso.
“Después de la pandemia, este deporte ha ayudado mucho a la salud mental. No queremos conflictos, solo soluciones”, afirmó.
📝 Con información de El Comercio.
📍 Redacción Limaaldia.pe
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