Son las 7 a.m. del lunes en el cruce de la Av. Paseo Colón con el Jr. Chota, frente a la plaza Bolognesi en el Cercado de Lima. Al menos 12 autos han tomado más de un carril de la vía para usarlo como paradero del servicio de taxi colectivo, el cual tiene como destino Chosica. El tráfico y el desorden se apoderan de los alrededores. Diario UNO ha detectado otros 12 puntos del Cercado de Lima que son utilizados como paraderos informales.
En las noches, sobre la estación central del Metropolitano, en el cruce de las avenidas 9 de Diciembre y Paseo de la República, los taxis colectivos toman hasta dos carriles de la vía para ofrecer sus servicios con destino a Chorrillos y Villa El Salvador. El precio que cobran varía entre S/ 5 y S/7. Los conductores hacen escalas en otros paraderos informales ubicados en la Vía Expresa (San Isidro) o en Angamos (Miraflores).
Este Diario no observó fiscalización por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima en ninguno de los trece paraderos informales detectados durante los tres días que realizó la investigación.
POLÍTICA Y COLECTIVOS
“Nosotros tenemos el apoyo de Perú Libre, hemos apoyado al gobierno cuando estaba en campaña, por eso que confiamos en que nos anularán las papeletas y podremos formalizarnos, también debe eliminarse la ATU y la Sutran”, afirma el chofer Walter Camargo quien tenía su paradero en la cuadra 15 del Jr. Chota pero que durante la última campaña electoral se convirtió en un comedor para los partidarios de Perú Libre.
Para la Policía sería un gran error que el gobierno apoye la eliminación de la ATU y la Sutran porque los choferes de taxis colectivos no tienen el menor respeto por la autoridad y son violentos. “Sus multas están bien impuestas, creen que por haber apoyado con sus camionetas a un partido ya pueden tener impunidad, eso no debe ser así”, dijo un policía de Tránsito.
EL PROBLEMA DE LOS COLECTIVOS
El servicio de taxi colectivo está prohibido en la capital. Sin embargo, medio millón de limeños lo utilizan para transportarse diariamente a sus centros de trabajo y hogares, según la Asociación Cruzada Vial.
Estos pasajeros se ven expuestos a ser asaltados durante el viaje por conductores coludidos con delincuentes que se hacen pasar por otros usuarios.
Por ejemplo, en San Isidro una mujer tomó un colectivo en la Av. Javier Prado pero el chofer cambió de ruta y su víctima terminó en un paraje desolado en Comas. Así como ella se han reportado otros asaltos en la ruta Av. Abancay San Juan de Lurigancho. “El problema es que como es una modalidad de transporte informal, cualquiera hace este servicio y puedes tener suerte como ser asaltado o incluso asesinado”, dijo un agente de Tránsito en su base de la avenida Bolivia, también en el Cercado de Lima.
DEMANDA INSATISFECHA
La demanda por los colectivos se explica por la falta de oferta de transporte público masivo en la capital, explica el vocero de la Fundación Transitemos, Paul Concha. “Si a esto le sumamos la falta de decisión en la implementación de los corredores viales y el mal servicio de las unidades de transporte regular, se crea un ambiente propicio para la proliferación de este servicio informal”, indicó.