Las elecciones en Ecuador no se han detenido pese al contexto marcado de violencia por narcotráfico y un incremento de homicidios en el soberano país.

Este domingo, los lugares de votación estarán disponibles para celebrar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales extraordinarias, en las que más de 13,4 millones de ecuatorianos serán convocados a las urnas para elegir entre la abogada Luisa González y el joven empresario Daniel Noboa como su nuevo presidente.

Tras un acto protocolario con las principales autoridades del Estado presentes, la jornada comenzó a las 7:00 hora local (12:00 GMT) y se prolongará durante diez horas hasta las 17:00 (22:00 GMT), momento en el que comenzará el escrutinio de papeletas para conocer al sucesor del actual presidente, el conservador Lasso.

Con esta votación culminará un proceso electoral excepcional en el que se resalta la crisis de seguridad y violencia del crimen organizado que flagela al país y que se trasladó también a estas elecciones con el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien fue herido a la salida de un mitin electoral en Quito, once días antes de la celebración de la primera vuelta.

El ganador tendrá un corto mandato de unos 15 meses para completar el periodo 2021-2025, que no culminará Lasso, ya que optó por retirarse del cargo antes de tiempo y forzar estas elecciones extraordinarias al declarar en mayo pasado la “muerte cruzada”, un mecanismo constitucional con el que disolvió la Asamblea Nacional (Parlamento) cuando es, controlada por una mayoría que lideraba el correísmo, se aprestaba a votar su destitución.

Durante la campaña electoral, ambos contendientes por la presidencia, González y Noboa se comprometieron a combatir el crimen y las bandas narco. Crímenes que entre 2018 y 2022 se cuadruplicaron ascendiendo a 26 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Este año, expertos calculan que aumentará a 40. 

En entrevista con la AFP, el candidato Noboa acentuó que candidatos y periodistas se desplazan protegidos por chalecos, cascos y autos blindados.

“Capaz me matan”, confesó Noboa