En el mayor ataque con drones no tripulados (“kamikaze”) que el Kremlin adquiere de Irán desde el pasado 30 de setiembre pasado, las tropas rusas arremetieron contra las regiones del este, el sur, el centro y el oeste de Ucrania.
De los casi 40 drones disparados por Rusia, las defensas aéreas ucranianas sólo pudieron derribar 24. Según escribió en Telegram el analista militar ucraniano Alexander Kovalenko, el bajo porcentaje de drones derribados se debe a que fueron lanzados con una trayectoria distinta a la elegida en otras ocasiones.