La primera autopista de montaña en Perú, con una inversión de más de S/24.000 millones, promete revolucionar la conectividad entre Lima y la sierra central.
Con un recorrido de 185 kilómetros desde Ate hasta Yauli, pasando por Chaclacayo, Cieneguilla y La Oroya, la Nueva Carretera Central reducirá drásticamente los tiempos de viaje entre Lima y Junín, de más de seis horas a solo dos horas y media. Según Provías Nacional, esta autopista de alta montaña será un hito en la infraestructura vial del Perú, enfrentando desafíos geográficos con 33 kilómetros de túneles y 19 kilómetros de viaductos elevados. “El diseño prioriza la seguridad y la eficiencia, garantizando un tránsito más rápido y seguro tanto para vehículos ligeros como para transporte pesado”, señalaron los encargados del proyecto.
La obra, supervisada bajo un acuerdo de gobierno a gobierno con Francia, incluirá cuatro carriles y diez intercambiadores viales estratégicos, asegurando un flujo constante y descongestionando rutas alternas. Su construcción generará más de 112.000 empleos, directos e indirectos, beneficiando diversos sectores como hospedaje, alimentación y transporte. Además, la infraestructura facilitará el traslado de mercancías desde la sierra central y la Amazonía hacia los principales puertos del país, mejorando la competitividad de la agroindustria y la minería.
El turismo también se beneficiará significativamente con esta autopista. Destinos como el Valle del Mantaro y Huarochirí recibirán un mayor flujo de visitantes, atraídos por el acceso mejorado y las vistas panorámicas de la ruta. Se espera que este incremento impulse las economías locales, consolidando un círculo virtuoso de desarrollo. Con una inversión histórica, la Nueva Carretera Central no solo transformará la conectividad vial, sino también el potencial económico y social de las regiones que atraviesa.
Fuente: La República