Especiales
“Yo, también, adicto a la euforia”. Entrevista a Carlos Goñi de REVOLVER.
A Revolver los sigo desde su primera canción, para mí uno de los himnos de toda una generación. ¿Quién no ha cantado “Si es tan sólo amor”? Si es que todos hemos vivido esa experiencia. Pero reconozco que muy hice fan en un concierto solidario allá por 2007. Oírlos en directo fue un impacto directo a mi corazón. Entrevistar hoy a Carlos Goñi, alma mater del proyecto me parece un regalo, que yo les traslado a ustedes.
Saludos Carlos. Empezamos con preguntas personales. Hablo de tu himno “si es tan solo amor”, ¿qué es para ti el amor?
A ver. El amor. Yo creo que habría que decirlo en dos partes. El amor conceptual, como algo en general, me parece absolutamente necesario en el mundo para vivir, realmente. Porque a todos nos gusta que nos quieran y yo creo que está muy bien esto de querer. Otra cosa es que hablemos del amor, del enamoramiento con el componente sexual, etcétera. Eso, p ues hay épocas que te apetece más y épocas en que te apetece menos. Pero el amor universal de dar amor, de que el que tienes enfrente sea más feliz por lo que le das, guau, me parece fundamental en la vida. Sin duda alguna.
Pa mí, eres un abanderado de una época post-movida madrileña. Tras lo caótico de está, se empezó a exigir a los grupos un poco más de calidad, ya fuera musical o vocal, cosa que no ocurría antes. ¿Qué recuerdos tienes de le época de “Garaje” o “Comité Cisne”?
Fueron mis primeros 10 años de aprendizaje y ya voy casi por el número 40 o algo por el estilo. Esta carrera es larga. Ya llevo cuarenta años haciendo carrera. Bueno, pues en Garaje y Comité aprendí, sobre todo una cosa: qué es lo que no me gustaba. Y aprendí cómo no quería trabajar, que son cosas muy importantes. Porque, luego, si las aprendes bien y tienes muy buenos cimientos, en ese sentido; luego es más fácil el poder llegar a donde quieres o a equivocarte inclusive, pero en otras cosas. Ya no en el “cómo”. Y ahí, aprendí muchísimo. Y cuando me dicen, a lo mejor, que seguro que me lo pasaba mejor. No, no, ahora es cuando mejor me lo paso.
Nada de vainas del tipo “al principio no tienes un duro, no tienes éxito, pero te lo pasas…”. No, pero te lo pasas fatal, porque viajábamos en una furgoneta de reparto de carnes sin ventanas ni nada y con un colchón en la furgoneta. Y ahí era un horror. Era una situación horrible. Y con Comité Cisne íbamos a tocar desde Valencia, por ejemplo, a Logroño y terminabas de tocar y te volvías porque no teníamos dinero ni siquiera para el hotel. Entonces no, no me lo pasaba bien. Pero aprendí mucho. Aprendí muchísimo. Eso sí que es verdad.
Te reconozco mi envidia personal a la hora de escribir. Tus letras son impecables y valoro que siempre empleas la palabra perfecta en la frase adecuada. ¿Escribes primero las letras o sacas una melodía y luego las llenas de mensajes? O al revés.
Agradecido por los piropos, de verdad. Te lo agradezco. Normalmente escribo primero las letras, porque para mí es muy complicado ponerme a escribir una canción si no tengo una historia que contar. Lo que pasa es que, con los años, es cierto que he encontrado una manera que es en la que tengo un cajón donde están las letras y otro donde están las melodías, sucesiones de acordes y cosas por el estilo. Y llega un momento en el que lo que haré será volcar esos dos cajones encima de la mesa y ver, exactamente, que es lo que tengo. Son como ovillos de lana de los que empiezas a tirar y ver que ocurre y a ver hasta dónde llegan. Algunos se quedan en el intento. La mayoría se quedan porque, bueno; y unos cuantos, a lo mejor, son los que merecen la pena. Y otros van a una especie de cajón de sastre donde a lo mejor hay un trocito que sí, que está bien, y el resto no.
Pero las letras tienen que tener sentido. Tienen que tener pies y cabeza, porque me resulta muy complicado encarar una música en la que haya que encajar de una manera absoluta una letra o un fraseo. Que va. La música es el traje de un cuerpo y el cuerpo es la letra, para mí. Cada uno lo hará como quiera, pero esa es mi manera de hacerlo.
Ahora vienes al Auditorio Alfredo Kraus a presentar “Adictos a la euforia” que es una expresión ártica en los tiempos convulsos y llenos de incertidumbres en que vivimos”. ¿En que crees tú que deberíamos mejorar como sociedad?
Bueno, pues que sea una expresión ártica. Me ha encantado la frase. En cuanto a “Adictos a la euforia”, es cierto que son los tiempos convulsos. Está claro. Y ¿de incertidumbre? Siempre es tiempo de incertidumbre. Por lo menos, desde que yo vivo. Creo que todos somos adictos a la euforia, porque a todos nos gusta estar bien, básicamente. Porque nos fascina el estar contentos. Y, en mi caso, además, la gente que tengo en frente me hace sentir bien. Es a lo que me dedico. O por lo menos, crearle una especie de conflicto fácil de solucionar y cosas por el estilo. Remover cosas. Pero adictos a la euforia yo creo que somos todos.
¿En qué creo que deberíamos mejorar como sociedad? En millones de cosas. Pero yo, sobre todo, creo que la educación debería ser mejor. Y, además, como creo que existe una verdad por cada persona en el mundo; no creo en la verdad universal de manera que cada uno de nosotros tendrá una visión distinta sobre en qué deberíamos de mejorar. Como sociedad global, probablemente, deberíamos mejorar en todo. Lo dejo ahí y ya está. Porque, si no, jeje, necesitaríamos… buf, no sé. Probablemente lo resumiría en intentar tratar mejor al que tenemos en frente, aunque no opine como nosotros. Es decir, una cuestión de respeto. Sí, el respeto, eso… el respeto. Ahí es donde habría que mejorar.
El nuevo disco, personal, como los demás, son 8 canciones y una versión de Robert Palmer que me encanta. ¿Podrías decirnos algo que haga este disco diferente a los anteriores o que a ti te haya producido una sensación de crecimiento o aprendizaje?
A estas alturas de mi carrera lo que ya no voy a decir si el último disco es el mejor y cosas por el estilo. Esto ya hace mucho tiempo que lo desterré. Lo que sí que es cierto es que el último álbum que se edita, normalmente, es el pequeño, es el que hay que ayudar a crecer y que requiere más cuidados. Pero, en este caso, este álbum tiene una particularidad que yo creo que lo diferencia un poco de otros discos. Yo creo que es una especie de autopista directa entre mi memoria más primaria de “porqué me dedico a esto”. A eso me refiero. A las canciones de los años 70, principio de los 70, sobre todo. Es la música que me rompió el alma y me partió el corazón en dos. Y yo creo que en este disco lo que no ha habido son modernidades de ningún tipo. Es uno de los discos más fieles, en cuanto a sonido, que haya podido hacer respecto a toda esa barbaridad de música que, como te digo, me cautivó y me secuestró para siempre. Y, a día de hoy, sigo en las mismas. Cualquier canción que tenga ese tipo de sonido, tanto si es soul, como es blues, como es rock, como es folk, uf, me da lo mismo; creo que suenan de otra manera y estaban hechas de otra manera.
Pues felicidades porque el disco ha sido nº 1 en ventas de discos físicos, lo cual siempre es una alegría que la gente siga comprando música. Y gracias por este concierto. Sabes que en Canarias se te quiere.
Pues es cierto. La verdad que sería un necio si no reconociese eso. Que, efectivamente soy consciente de que en Canarias se me quiere muchísimo y se me lleva demostrando desde hace 30 años, que fue la primera vez que fui. Siempre es un honor. De verdad que cualquier motivo es bueno para ir, porque en general me siento, por suerte para mí, muy querido allá donde voy, pero lo de Canarias es que es una cosa que… ¿sabes que pasa?, que soy extraordinariamente consciente de lo carísimo que es el llevarnos a los músicos de la península para allá. Es caro. Siempre es muy caro. Y que vaya al año cuatro o cinco veces como lleva ocurriendo desde hace 30, lo único que me provoca es sentirme muy, muy, muy honrado. Así que, pues un abrazo grande y ha sido un placer contestar a estas cosillas, por aquí. Más abrazos.
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«Defendamos la libertad: Ni silencios, ni ambiguedades»: Por: José Antonio Torres Iriarte
Si durante décadas los militantes de la izquierda marxista latinoamericana, justificaban la existencia del Muro de Berlín, como a la par no condenaban la represión brutal de las tropas soviéticas tanto en Budapest (1956) como Praga (1968), así como del mismo modo admiraban el supuesto desarrollo económico y tecnológico alcanzado por los países de Europa […]
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Minientrevista a FÉLIX ÁLVAREZ «Felisuco» (Actor, Humorista… y más)
Sorpresa cuando me llega un whatsapp que me pide que escuche una canción. Mi admirado Felisuco ha montado la banda “Poca Broma” y quiere que le dé mi opinión. A Félix Álvarez lo conocí en el año 2007, presentado por nuestro amigo Fernando Ramos, y posteriormente protagonizó mi cortometraje “Las Cartas de Dios”. Desde ahí, amistad y respeto mutuo. Hemos podido volver a trabajar juntos. Recuerdo cuando presentó la Gala de la Reina del Carnaval de Telde que yo dirigía, junto a Sonsoles Artigas. En varios de los grandes momentazos de mi carrera, ahí está él, siempre apoyándome.
Nunca dejas de sorprenderme. Ahora, cantante. ¿Cómo surge la idea de montar la banda “Poca Broma”?
Bueno, pues, esto fue casi es una terapia. Después de acabar mi carrera política en junio de 2023, pues uno se encontró en ese estado de penumbra, de desubicación en el que te encuentras cuando acabas una etapa. Un amigo me dijo: «bueno, pues acércate un día, aquí al local que tenemos, donde ensayamos y tocamos allí un grupo de amigos». Y nada, fui. Y fueron dos horas y media o tres horas que estuve con estos chicos compartiendo un rato y compartiendo música y unas cervezas, pues me lo pasé en grande, no me acordé de ninguno de los problemas que por entonces me acechaban y nada. Fuimos volviendo a ese local de ensayo y fuimos haciendo versiones y luego jugando, jugando, fuimos poniendo música encima de la mesa. Músicas propias, letras propias, y así, sin ninguna pretensión, sin ninguna vanidad, nació “Poca Broma”. Y ahora, nos encontramos en un momento completamente dulce, disfrutando muchísimo del camino y sin interesarme lo que hay en la meta, simplemente disfrutando del camino que estoy transitando con estos amigos y con un montón de gente, aquí en Santander, que nos apoya.
Los caminos, que siempre son importantes. A mí, la primera vez que me mandaste los audios, me sonó a las canciones de los primeros discos que me encantaban de Sabina. Y no lo digo por amistad. Fue la primera impresión. ¿Qué referencias reconocerías en lo nuevo que estás haciendo?
Bueno, no eres el único que ha dicho que nos damos un aire sabinero, Al Sabina de los comienzos, aquel Sabina que montaba en aquellos trenes que iban hacia el norte en aquella maravillosa canción. La verdad que yo siempre me he definido como un «serratfilo» y un «sabinero». Para mí, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, son mis dos grandes estrellas musicales. Aunque escucho todo tipo de música. Desde copla, hasta Pink Floyd pasando por flamenco, por rock sinfónico, por Queen, por Rollings y por todo. Soy un melómano. Escucho mucha música, pero evidentemente mis dos grandes referentes musicales son Sabina y Serrat.
Y claro, cuando uno lleva tanto y tanto tiempo escuchando un tipo de música, escuchando un tipo de letra, pues acaba interiorizando eso que tanto tiempo ha escuchado. Y al final, sin querer, de forma casi automática, uno acaba replicando esos esquemas; poniendo, evidentemente, lo que tiene dentro, poniéndole su estilo, poniéndole su gracia, poniéndole su salero, pero replica esos esquemas casi sin querer.
Tu carta de presentación artística fue en aquellos programas de chistes “Ingenio y locura” o “Genio y figura”. Hoy en día, que los ánimos tras la pandemia están tan crispados, ¿crees que nos falta más humor?
Sí, sí, la verdad que este país está convirtiendo en algunos momentos en irrespirable, ¿no? No solamente es que nos haga falta humor, es que hemos falta libertad de expresión. Y el humor, evidentemente, se apoya en un pilar fundamental, que la libertad de expresión. La libertad de pensamiento primero, luego la libertad de expresión. El humor, como decía Churchill, nos salva de los que somos.
En la edad media, el único que tenía capacidad para reírse del Rey era el bufón. Él podía decir que el rey estaba por borracho. Si lo decía un conde le cortaban la cabeza. El cómico, el bufón, el titiritero, es el que tiene que poner delante de cada uno de nosotros el reflejo de nuestras propias visiones. Y eso, evidentemente, muchas veces implica que haya gente a la que no le guste lo que escucha. Ya, pero es que esa es la libertad de expresión, que adquiere un fundamento muy importante, sobre todo, cuantos sirve para escuchar cosas no te gustan, porque si todo lo que escuchas te gusta, evidentemente, no te molesta y como no te molesta no hay ningún conflicto.
Entonces, yo creo que, al faltar libertad de expresión, el humor se encuentra cada vez más coaccionado. A esto le sumas que no hay más que «ofendiditos», ahora, en todos los lados; que digas lo que digas a alguien le ofende, que todo el mundo se siente ofendido, que no le gusta lo que dices se creen en derecho de censurarte o «carcelarte», que es como se dice ahora, en los tiempos modernos. Y el sentido del humor, evidentemente, y el humor en sí, cada vez tiene más difícil sobrevivir.
Porque, como te digo, todo el mundo se enfada por absolutamente todo. Y sin humos no hay crítica y sin crítica, no hay mejoría.
Lideraste la candidatura de Ciudadanos en Cantabria, fuiste Diputado del Gobierno Español y fuiste vicepresidente del Racing de Santander. Este es el Felisuco que menos se conoce y que también debemos valorar, el que tiene vocación de ayudar a los demás. De hecho, a mí me has apoyado siempre a cambio de un abrazo. ¿Crees que la vida te devuelve todo lo que estás haciendo por los demás?
Debería de ser así, pero no lo es. Creo que hoy día está muy de moda eso de lucha por tus sueños que los conseguirás, visualiza el futuro y lo conseguirás. Bueno, no. No, pues a veces hay gente muy buena que pelea mucho y las cosas no le salen. Hay que ser constante, hay que ser muy bueno, tienes que darte a conocer y luego tienes que tener ese puntito de suerte, esa gracia divina o como lo queramos llamar, que realmente acabe dando los frutos que uno espera. Decía Bruce Springsteen que el éxito de una canción estaba en una buena letra, en una buena música, en los buenos arreglos, es una buena voz y en algo que nadie sabe lo que es, que hace que esa canción sea especial. Bueno, pues yo creo que pasa un poco lo mismo con la vida. Yo creo que la gente buena, la gente honesta, la gente honrada debería tener premio; pero cada día me encuentro que hay un montón de canallas a los que les van bien las cosas. Entonces, no me molesta por ellos, me molesta porque la gente buena, la gente honrada, la gente que pelea, la gente cabal y noble; pues muchas veces sufren y no les salen las cosas.
Pero bueno, ojalá fuera como tú dices.
Las canciones de “Poca Broma” las podemos escuchar en Spotify, por ejemplo. ¿Qué le quiere contar Felisuco al mundo, para que sea un poco mejor?
Bueno, nada especial. No hago las canciones pensando en ningún mensaje específico. No hago las canciones intentando crear cátedras. No. Hago las canciones, porque cojo la guitarra, me siento con un folio en blanco, silencio y empiezan a salir las cosas. Muchas veces me siento a componer y no sé lo que voy a componer. Yo no digo, «voy a hacer una canción para mi hija» y me siento compongo una canción para mi hija. A lo major, algún día lo intento. Pero de momento, no, de momento cojo la guitarra, me viene una frase que me gusta y esa frase es el ovillo del que sale el hilo del que voy tirando hasta que consigo hacer esas canciones. as Muchas veces, yo a mí mismo, me sorprendo haciendo una canción y andando caminos que no pensaba que iba a recorrer, porque no lo tenía previsto. Y me gusta a esa forma de componer. Me gusta sorprenderme a mí mismo. Luego, una vez que las canciones están hechas, yo las lanzo, la gente las escucha y cada uno le busca cosas distintas. A uno les parece una canción de amor, una canción de despedida, una canción de Esperanza. Me da igual. Si la canción emociona, si la canción despierta en el oyente alguna emoción, le hace vibrar, le hace temblar; con eso me doy por satisfecho.
Recuerdo verte, en el teatro, con “La cena de los idiotas” y creo que ese tipo de obras levantan el ánimo. La risa es un motor para los que tenemos la suerte de tener el decodificador que la convierte en energía. También sé que has estrenado tu nuevo espectáculo de monólogos ¿Proyectos de futuro en los escenarios? (que se puedan contar, claro).
Bueno, el 14 de junio he estrenado aquí en Santander, en el teatro Casyc, un monólogo que ya por título «Un payaso en el Congreso» que ha ido especialmente bien. Digo especialmente bien porque, cuando es un monólogo, normalmente lo preparas, lo pruebas en salas pequeñas donde vas viendo la reacción de la gente a las cosas que vas diciendo. Aquí, sin embargo, no, aquí me la lancé en plancha en pola kamikaze a un espectáculo de uno hora y media completamente nuevo y la respuesta fue muy por encima de las expectativas que yo me había marcado. Lo llevaremos a Madrid a partir del mes de septiembre y a partir del 27 de septiembre estrenaremos en el teatro Muñoz Seca, en el centro de Madrid, «La cena de los idiotas» junto a Javier Losán, que es «el ovejas» en la serie del Pueblo de Tele 5 y a Santiago Urrialde. Y estaremos, seguramente 8 meses si todo va bien, allí, hacienda otra vez «La cena de los idiotas».
En este caso, cambio el papel. No hago el inspector de hacienda, hago el que monta la cena, hago el protagonista, junto con Javier Losán que hace el idiota. Y luego tenemos por ahí algunos proyectos televisivos, algunas llamadas de televisión para unos programas, pero esas cosas están en el aire y la televisión es un medio que nunca sabes lo que va a pasar hasta que no firmas lo que te ponen delante. Así que, de momento, estoy satisfecho. El día 24 de julio, con «Poca broma», tocamos aquí, en la semana grande de Santander, en la Plaza Porticada, algo que me hace especial ilusión porque es tocar en mi ciudad ante tres mil o cuatro mil personas y seguiremos tocando este verano con «Poca broma» en varios sitios de Cantabria.
Pues, amigo, te deseo toda la suerte del mundo, que te la mereces, sin duda. Como anécdota, contaré que, rodando nuestro cortometraje, todos los planos salían a la primera, sin repeticiones. Eso habla muy bien de lo involucrado que te muestras en todo lo que haces. Eso es ponerle pasión. Y, aquí, en Canarias tienes tu grupo de admiradores atentos a todo lo que haces. Y a los lectores, en serio, busquen las canciones de “Poca Broma” y ya nos dicen.
Escúchalos en SPOTIFY:
https://open.spotify.com/intl-es/artist/2GmHOXxNpejtgj46pCZaRy
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