El calor es cada vez más intenso y las advertencias que están realizando los centros de investigación climática confirman que estas temperaturas estarán en aumento. Estos sucesos tienen diversos efectos negativos en la salud, sobre todo en los grupos más vulnerables como son los niños, adultos mayores, gestantes y aquellas que tienen enfermedades crónicas que requieren medicación diaria. 

“Existen muchas causas por las que el calor puede afectar nuestra salud, desde la piel hasta la parte interna de nuestro cuerpo. Es por ello, que resulta importante que las personas prevengan futuras descompensaciones y cuadros de deshidratación” señala la Dra. Romy Mayta, especialista en salud ocupacional de B Braun.

Al respecto, la experta da a conocer algunos males que aparecen tras el aumento de las temperaturas y sus recomendaciones para prevenirlo: 

1. Golpe de calor: Es un trastorno ocasionado por el exceso de calor corporal. Esto se produce luego de exponerse de forma prolongada a entornos extremadamente calurosos o al realizar esfuerzos en las horas más peligrosas del día. (MINSA precisa que es recomendable no exponerse prolongadamente al sol de 10 am a 4 pm). Los síntomas más comunes son: Sudoración excesiva, sed muy intensa, piel seca, agotamiento y debilidad, sensación de calor extremo, desorientación y delirios, dolor de cabeza, vértigo, vómitos y náuseas. De sentir  algunos de estos síntomas  se sugiere la atención inmediata. 

Recomendaciones:  Es recomendable consumir durante el día 2 litros de agua, distribuidos entre las comidas, frutas y bebidas que se consuman. Recuerden no esperar a tener sensación de sed para tomar agua o alguna otra bebida.

2. Deshidratación: Es una afección causada por la pérdida de líquido del cuerpo. Esto ocurre cuando se pierde más líquidos de los que se ingieren ocasionando que muchos órganos se vean afectados. Por lo general la persona presenta deposiciones líquidas o fiebre, que generan la pérdida de electrolitos que no se pueden recuperar solo con tomar agua, porque no cuenta con estos nutrientes.

Recomendaciones: Deben ser restituidos a través de soluciones orales listas para tomar, las cuales contienen una cantidad equilibrada de agua, azúcares y sales que favorece la absorción del líquido. Una buena opción es FruttiFlex que cuenta con 50 miliequivalentes de sodio.

3. Agotamiento por calor: Es una enfermedad que puede ocurrir después de estar expuesto por varios días a altas temperaturas, sin ingerir suficientes líquidos. Los síntomas incluyen sudoración profusa, respiración rápida y pulso rápido o débil. Si no se recibe tratamiento, evoluciona a golpe de calor en cuestión de poco tiempo.  

Recomendaciones: Es importante no exponerse a altas temperaturas o estar en ambientes donde no haya buena circulación del aire por largas horas, debido a que puede afectar la capacidad del cuerpo para enfriarse. Lo recomendable es ventilar ambientes y no exponerse al sol durante largos periodos.

4. Calambres por calor: Son dolores o espasmos musculares que ocurren durante el ejercicio intenso. En general, pueden ocurrir en el abdomen, los brazos o las piernas.

Recomendación: Lo principal, cuando ocurre es descansar un rato y refrescarse, beber agua, jugo o una bebida que contenga electrolitos, practicar estiramientos suaves de flexibilidad articular y masajear suavemente el grupo muscular afectado. Recuerda no reanudar la actividad durante varias horas o más después que desaparezcan los calambres por calor. Es importante que llames al médico si los calambres no desaparecen en menos de una hora aproximadamente

5. Erupciones cutáneas por calor: Conocidas como Irritación de la piel y son causadas por el exceso de sudoración. Es más común en niños pequeños.

Recomendaciones: Para las personas expuestas durante largas horas a los rayos solares, es importante que utilicen bloqueador solar cada 3 horas. Este, debe aplicarse en todas las partes expuestas y tener una protección solar mayor de 30 SPF, a ello, se le debe sumar el uso de ropa ligera, el uso de sombrero de ala ancha que pueda proteger el rostro, cuello y orejas, además del uso de lentes con protección UV.