Empecemos la rutina diaria. Te despiertas, te alistas, luego desayunas y después te diriges al trabajo o a estudiar. Si eres afortunado irás en el auto de tus padres, de no ser el caso te dirigirás al paradero para abordar un transporte público. Ahí comenzará el calvario.

Las horas puntas son un desafío para los conductores y sobre todo para los pasajeros que desean llegar temprano a sus destinos. Según un estudio realizado por la agencia Bloomberg, los peruanos están perdiendo 130 horas de su valioso tiempo. Este congestionamiento vehicular se vuelve un terror desde la seis a nueve de la mañana aproximadamente.

Pero la odisea no termina ahí, ya que finalizando el día, uno anhela regresar a su hogar para descansar de una larga jornada laboral, en ese momento el tráfico te muestra la realidad. De cinco a ocho de la noche, es el rango de horario donde nuevamente los conductores deben volverse un corredor de autos para sortear los desafíos que le impedirán llegar a su meta.

Por otra parte, el 28 de diciembre del 2018 se fundó la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), con el objetivo de mejorar la calidad del transporte público y la movilidad en Lima Metropolitana a través de la planificación, la regulación, la supervisión y la gestión. No obstante, uno de los retos más complicados que ha afrontado este organismo es el sistema fragmentado, al existir distintas empresas de transporte en diferentes rutas, generando dificultades como la falta de sincronización de horarios, la duplicación de rutas y una inexistente calidad en el servicio.

Sin embargo, gestión tras gestión, las autoridades municipales y presidenciales han desfilado, ni uno de ellos pudo encontrar una solución viable para el tráfico. Se espera que algún día aparezca el salvador ante esta problemática. Mientras tanto, como peruanos creativos, emprendedores y que nunca nos rendimos ante las situaciones adversas, podemos evitar el tráfico con bicicletas, motocicletas, scooters  o vehículos similares.