Especiales
«Más allá de la cortesía», por José Antonio Torres Iriarte

La democracia necesita de un sistema y de organismos electorales autónomos que garanticen el respeto irrestricto a la voluntad popular. En las Elecciones Generales del 2021 se puso de manifiesto en el Perú el sesgo con el que actúo el Pleno del Jurado Nacional de Elecciones y la falta de disposición de la ONPE para garantizar un proceso electoral transparente; más aún cuando los resultados en la segunda vuelta electoral se expresaron en apenas una diferencia de algo más de 44 mil votos, sobre un universo de más de 25 millones de electores y más de 20 millones de sufragios emitidos.
No se puede dar estabilidad política a un país, si existen dudas fundadas sobre los resultados electorales. El presidente del Jurado Nacional de Elecciones tuvo la facultad de emitir un voto dirimente (doble) ante la ausencia (no fue elegido) del representante del Colegio de Abogados de Lima y más aún cuando no se conocían los resultados de las Elecciones Generales, el magistrado Rodríguez Monteza renunció, señalando la parcialidad y falta de transparencia, con la que venía actuando el Pleno del Jurado Nacional de Elecciones.
El jefe de la ONPE, Piero Corvetto se negó a entregar los padrones electorales para que se realizará el cotejo entre actas y padrones electorales. Fue evidente que el «fraude en mesa» de esa manera se consumó, al no poderse cotejar fehacientemente cuantos ciudadanos firmaron (luego de haber sufragado) el padrón electoral de la mesa en la que votaron, con los resultados electorales consignados en el acta electoral que fue validada y computada por la ONPE.
En mi concepto sólo fue necesario que alrededor de 400 actas (sobre un universo de más de 80 mil actas) fueran alteradas en todo el país para consumar un fraude electoral a favor de Pedro Castillo.
Fue claro que en el interior del país, centenares de actas electorales consignaron para una de las candidatas CERO votos y para el candidato de Perú Libre el 100 % de los votos válidos; lo que estadísticamente es muy poco probable, más aún cuando en la primera vuelta electoral la candidata afectada tuvo votos propios. La burda manera como se consumó el fraude, pudo comprobarse cotejándose de manera muestral las actas electorales con los padrones.
Luego de la primera vuelta electoral consideré que era necesario realizar una Auditoria Electoral por parte de la Organización de Estados Americanos, que hiciera posible auditar el software y los más de cien centros de cómputo de la ONPE a nivel nacional.
Realizada la segunda vuelta electoral, con mayor razón era un imperativo que se llevara a cabo una Auditoria por parte de la O.E.A. que incluyera necesariamente de manera muestral (un 10 %) el cotejo de las actas con los padrones electorales; más aún era necesario revisar las Mesas de Sufragio que habían sido impugnadas por los personeros de Fuerza Popular.
El gobierno de Francisco Sagasti no solicitó la Auditoria Internacional, el cuestionado Salas Arenas se opuso y por cierto que el jefe de la ONPE nunca estuvo dispuesto a facilitar una auditoria. En la etapa final del proceso en una Audiencia del J.N.E. el magistrado Salas Arenas señaló que por falta de tiempo era imposible cotejar las actas con los padrones.
Con las declaraciones del colaborador eficaz Zamir Villaverde, que explícitamente ha señalado la conexión entre Perú Libre y el Jurado Nacional de Elecciones, es inaceptable pretender considerar que el caso del supuesto «fraude electoral» está cerrado.
Más allá del archivamiento del Informe en mayoría elaborado por la Comisión presidida por el congresista Montoya, el Ministerio Público debe continuar con las investigaciones.
Por otro lado, la reciente reunión de los señores Salas Arenas y Piero Corvetto no puede ser interpretada como una visita protocolar o de cortesía, por el contrario en mi concepto pone de manifiesto que el Departamento de Estado de los EEUU recomendó la realización de la reunión, para expresar su tácito reconocimiento político a la gestión de los organismos electorales en el Perú. Seamos claros, no es casualidad que luego de la presencia del presidente Castillo en la «Cumbre de las Américas» se haya realizado una inusitada reunión entre los cuestionados funcionarios de organismos electorales y la embajadora de los EEUU en nuestro país.
No nos confundamos, la estrechez de los resultados electorales (apenas unas décimas de diferencia) en la segunda vuelta electoral en el Perú, exigía la realización de una auditoría internacional. Si comparamos el caso peruano con las elecciones celebradas en Colombia recientemente, los resultados han arrojado una diferencia de más del 3 % y más de 700 mil votos a favor del candidato Gustavo Petro; por el contrario en el Perú la diferencia fue de un poco más de 40 mil votos con una brecha porcentual casi infinitesimal.
Más aún estoy seguro que ninguna «mesa de sufragio» en las elecciones de Colombia ha tenido como resultado que uno de los candidatos (Petro o Hernández) no haya tenido un solo voto (como si ocurrió en el Perú).
Sin organismos electorales autónomos y autoridades electorales incuestionables, es imposible preservar la democracia.
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Actualidad
Municipalidad de Chorrillos y ATU advierten sobre combis informales en el Morro Solar

El municipio advierte la existencia de ‘colectivos’ que trasladan pasajeros y bicicletas hasta la cima del morro. La ATU afirma que no cuentan con autorización para realizar el servicio de transporte ni tienen las condiciones adecuadas. El Comercio verificó que algunas combis arrastran papeletas y sus choferes han sido multados. Los ciclistas, por su parte, piden que se escuche su postura para encontrar una solución.
Más que un mirador natural con vistas privilegiadas de la costa del Pacífico, el Morro Solar de Chorrillos es un espacio emblemático declarado zona histórica intangible e integrante del Patrimonio Cultural de la Nación desde 1986. También es uno de los destinos favoritos para la práctica del ciclismo de montaña y downhill. Hoy, sin embargo, es escenario de una controversia entre la municipalidad distrital y un grupo de deportistas, debido al ingreso de combis que ofrecen subir bicicletas y ciclistas hasta la cima del morro.

Transporte informal en zona protegida
De acuerdo a la Municipalidad de Chorrillos, estas combis operan como colectivos informales, cobrando entre S/7 y S/8 por viaje, sin tener permiso alguno de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU). Además, se ha alertado que circulan sin SOAT para pasajeros, sin revisión técnica vigente, y transportan hasta 12 personas con bicicletas en el interior.
El municipio recuerda que, según la Ordenanza Municipal N.º 332‑2018, la vía que sube al Morro Solar solo puede ser utilizada por vehículos autorizados con fines de mantenimiento. Ingresar sin autorización constituye una infracción grave que puede ser sancionada con una multa de S/5,350 y la retención del vehículo.

Operativos y antecedentes
Durante recientes intervenciones, la ATU y la Policía Nacional calificaron este tipo de traslado como un servicio informal y fuera de la normativa vigente. Según verificó El Comercio, algunas de las combis involucradas —como las de placas AUL‑338 y W2K‑065— tienen multas previas por circular en sentido contrario, no pasar la revisión técnica o brindar transporte sin autorización. Incluso figuran papeletas impagas.

Ciclistas: “Necesitamos una alternativa legal”
En medio de la polémica, los ciclistas han salido a defender su práctica. Jean Pierre Guzmán, deportista con 40 años de experiencia, explicó que no todos los aficionados tienen vehículo propio y que subir pedaleando es físicamente inviable para muchos. Por ello, pidió que las autoridades habiliten un sistema formal, regulado y seguro para acceder al punto de partida de las rutas de descenso.
“Después de la pandemia, este deporte ha ayudado mucho a la salud mental. No queremos conflictos, solo soluciones”, afirmó.
📝 Con información de El Comercio.
📍 Redacción Limaaldia.pe
Especiales
La autoestima es clave en la prevención de accidentes en la minería – Agencia de Noticias Órbita

“El trágico accidente ocurrido recientemente en la minera Antamina ha puesto de relieve la necesidad de abordar no solo los aspectos técnicos de la seguridad laboral, sino también los factores emocionales y psicológicos que influyen en el comportamiento de los trabajadores. Como experta en autoestima y su impacto en el entorno laboral, es imperativo destacar cómo la baja autoestima puede conducir a decisiones inconscientes que comprometen la seguridad en el sector minero”, afirmó Itala Ureta coach en Autoestima y Liderazgo.
Estadísticas de Accidentes en la Minería Peruana
En los últimos años, las cifras de accidentes en el sector minero han sido preocupantes:
2023: Se registraron 50 accidentes fatales, 1.076 accidentes que dejaron personas incapacitadas y 2.466 accidentes leves.
2022: Hubo una disminución significativa en las muertes por accidentes mineros en comparación con otros años.
2021: Se reportaron 50 muertes debido a accidentes mineros, cifra similar a la de 2023.
Fuente: Statista.
Raíces del Problema
La autoestima, prosiguió Itala Ureta quien también es autora del Libro: Autoestima; Del Sufrimiento e la Libertad, influye directamente en el nivel de conciencia y en la capacidad de los trabajadores para tomar decisiones acertadas. Cuando esta es baja, las decisiones pueden estar motivadas por emociones negativas como el miedo, el resentimiento o la envidia, en lugar de una evaluación racional de las situaciones de riesgo. Esta dinámica puede llevar a comportamientos inseguros y, en consecuencia, a accidentes laborales.
“Recientes estudios respaldan esta perspectiva. La Cámara Minera del Perú ha señalado que colaboradores con altos niveles de autoestima muestran mayor autocuidado y automotivación, factores esenciales para la prevención de accidentes en minería. Asimismo, investigaciones indican que la mayoría de los comportamientos de riesgo en el trabajo son elecciones personales, incluso cuando los trabajadores poseen el conocimiento y las condiciones adecuadas para actuar de manera segura”, precisó la especialista.
Itala Ureta dijo que “es fundamental reconocer que el trabajo en minería no es únicamente una actividad mecánica; también es emocional y mental. Por ello, propongo que los programas de capacitación y entrenamiento en el sector minero incluyan módulos específicos sobre autoestima y autocuidado. Fomentar una cultura de seguridad basada en la autoestima no solo reducirá la incidencia de accidentes, sino que también mejorará el bienestar general de los trabajadores”
“La implementación de políticas que promuevan el desarrollo de la autoestima en el entorno laboral es una inversión en la seguridad y eficiencia de las operaciones mineras. Es momento de reconocer y actuar sobre la influencia de los factores psicológicos en la seguridad laboral”, finalizó.
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