Connect with us

Especiales

«Chile ante una encrucijada.» Por: José Antonio Torres Iriarte

Webmaster

Published

on

[ad_1]

Las tiranías han prevalecido a lo largo del tiempo en gran parte de los países de América Latina. Los militarismos en los siglo XIX y XX tuvieron distinto signo político y estuvieron estrechamente vinculados a las oligarquías nacionales, sujetas a intereses foráneos. El surgimiento de los movimientos universitarios hace un siglo y especialmente la forja de movimientos y partidos políticos de frente único inspirados en el pensamiento de Víctor Raúl Haya de la Torre, marcaron el devenir de varias generaciones. La influencia de los partidos comunistas depositarios de la Tercera Internacional y admiradores de la Revolución Rusa por un lado; así como el fascismo tuvieron adherentes en nuestra región; cuyos pueblos buscaban un ideario que fundamentara la acción política de sectores sociales representados por un incipiente proletariado, un vasto campesinado y por clases medias emergentes; que se forjaban bajo el impulso de un capitalismo derivado de la penetración de capitales británicos y norteamericanos especialmente.

En México prevaleció un partido hegemónico como el PRI, heredero de la Revolución Mexicana, en Costa Rica se construyó una democracia social bajo el liderazgo del partido Liberación Nacional liderado por José Figueres, en Venezuela los partidos Acción Democrática y el Copei se alternaron en el gobierno durante cuarenta años (1958-1998) dando estabilidad política al país, convirtiéndose en un referente político en América Latina.

El debate ideológico nunca estuvo ausente, más aún cuando con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, se pretendió imponer a través de movimientos guerrilleros un proceso revolucionario adscrito a la Unión Soviética. La tiranía de Fulgencio Batista fue derrocada, por un movimiento político que aparentemente se proponía instaurar la democracia en Cuba, convocando a elecciones en un plazo breve; sin embargo Fidel Castro traicionó los ideales primigenios de un proceso revolucionario democrático y más aún alentó la violencia política, pretendiendo deponer gobiernos latinoamericanos, elegidos democráticamente.

En un mundo signado por la bipolaridad y la Guerra Fría, en la década de los sesenta y setenta se impusieron dictaduras militares de diferente signo político en Brasil, Perú, Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay; mientras que aún prevalecía la dictadura de los Somoza en Nicaragua o gobernaba el General Omar Torrijos en Panamá.

El retorno a la democracia se hizo tangible en los años ochenta en nuestra región. En ese sentido, Chile logró desde marzo de 1990 restablecer la democracia, tolerando en parte la injerencia de Augusto Pinochet en la política interna; sin olvidar que bajo el liderazgo de la Concertación de partidos se sucedieron gobiernos democráticos liderados por el Partido Socialista o la Democracia Cristiana. Los triunfos logrados por Sebastián Piñera demostraron las fortalezas del sistema democrático chileno. La Constitución de 1980 fue reformada, sobre todo durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos.

Hoy Chile debe aprobar o desaprobar el proyecto de Constitución elaborado por los Convencionales a lo largo de un año. El gobierno de Gabriel Boric surgido luego de un proceso político, que tuvo en el llamado «estallido social» de Octubre 2019, su etapa inicial, para luego ir a un proceso convencional con el claro propósito de redactar una nueva Constitución, cuyo texto será sometido a consulta popular, en pocas semanas.

El pueblo chileno se encuentra hoy frente a una encrucijada; más aún cuando hace un tiempo respaldó la necesidad de aprobar una nueva Constitución. Gabriel Boric, pretende erigirse en el líder de una generación que reinvidica el gobierno de Salvador Allende y denosta la dictadura de Augusto Pinochet. Entre el fin del gobierno de Salvador Allende y la actualidad, han transcurrido casi cincuenta años; la nueva generación que hoy gobierna Chile parece que no ha logrado comprender a cabalidad el sentido de la historia y la necesidad de llegar a consensos mínimos para aprobar una nueva Carta Política. El texto constitucional redactado por una representación paritaria, con participación de los llamados pueblos originarios, ha recogido conceptos que forman parte del texto constitucional boliviano aprobado en el 2009 y a la vez ha incorporado posturas recogidas por el chavismo en Venezuela.

Chile desde 1990 fortaleció su economía, promovió la inversión, redujó la pobreza y se convirtió en un referente latinoamericano, insertándose adecuadamente en la economía internacional. La dictadura quedó atrás por la concertación de partidos, que forjaron un pacto político sensato, que entendió la importancia de mantener los equilibrios macroeconómicos y dar estabilidad a la moneda. Bajo el gobierno de Gabriel Boric, el partido comunista chileno tiene una influencia que no se condice con los guarismos electorales y es una fuerza política intransigente en una coalición política; que se encuentra muy preocupada a pocas semanas de realizarse la consulta popular.

Existe una alta probabilidad, de que la victoria le será esquiva al gobierno, por lo que ha surgido la propuesta de que luego de ser aprobado el texto constitucional, se iniciaría un proceso de reformas constitucionales en el plazo más breve.

Chile hoy confronta una inflación por encima del 10 % anual, el dólar ha superado la barrera de los mil pesos, se ha reducido la inversión y crece el descontento popular en medio de la incertidumbre política. Todas las encuestas de opinión señalan que el próximo 4 de Setiembre ganaría el Rechazo, lo que impulsa al gobierno a redoblar la campaña en todo el país.

El presidente Boric está demostrando que es un político en proceso de formación, que carece de liderazgo para convencer a una ciudadanía que más allá de la ilusión y las demandas sociales a favor de la igualdad y el ejercicio de derechos sociales; cada vez logra entender mejor que es imposible reducir la pobreza, sin crecimiento económico. El gobierno de la Unidad Popular entre 1970 y 1973 fracasó por la nefasta influencia cubana y por no incorporar a las clases medias chilenas a un proyecto político concertador, que finalmente fue desbordado por la intransigencia de los sectores de la extrema izquierda.

Chile no puede equivocarse, por ello más allá del 4 de Setiembre, debe sentar las bases de un pacto político que haga viable el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y el bienestar; dejando atrás todo atisbo de dictadura.

[ad_2]

Source link

Continue Reading
Comments

Especiales

Mi opinión de la semana en FINDE NIUS (año 3 – finde 103)

Webmaster

Published

on

[ad_1]

Mi opinión sobre las noticias de la semana FINDENIUS (Año 3, Finde 103 – 7/4/2024) – Hablo de: Marlon Brando, la venta de segunda mano, la Calima y mi recomendación videoclip de «Mala ft. Virginia Guantanamera» de TABAIBA

[ad_2]

Source link

Continue Reading

Especiales

«Ni el tirano de Moscú, ni el tirano de Caracas», por José Antonio Torres Iriarte

Webmaster

Published

on

[ad_1]

El comunismo internacional, adscrito a la Tercera Internacional, fue derrotado políticamente cuando cayó el «Muro de Berlín», se disolvió la URSS, se consumó la reunificación alemana y los países de Europa del Este abandonaron la planificación centralizada, optando por la democracia y la economía de mercado. Para un sector de los historiadores del siglo XX, la centuria anterior concluye en 1991, cuando tuvo su punto final la llamada «guerra fría».

Hoy el mundo comprueba cómo un líder autoritario como Vladimir Putin, enarbolando las banderas nacionalistas, decide invadir Ucrania bajo pretexto de defender la seguridad nacional ante el avance de la OTAN y una influencia cada vez mayor de Occidente en los territorios que fueron parte de la URSS o que pertenecieron a la zona de influencia soviética. Lo cierto es que ni la internacionalización de la economía ni la revolución tecnológica en curso han significado el fin de los nacionalismos en el mundo.

La Rusia de los Zares a inicios del siglo XX, posteriormente la Unión Soviética liderando la llamada «revolución bolchevique» en todo el mundo, ni el Ejército Rojo tomando Berlín en 1945, pueden ser negados como hechos relevantes en la historia del último siglo. La Federación Rusa ocupa el asiento que antes tuvo la Unión Soviética en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Si bien es cierto que la economía rusa ha quedado rezagada respecto a las principales economías globales, no puede olvidarse que Rusia sigue siendo una potencia nuclear.

En un escenario internacional cambiante, ha surgido la República Popular China con su enorme fuerza productiva y su cada vez mayor presencia en América Latina y África; así como también la India, con una población ligeramente mayor que China. Rusia no pretende ser actualmente un promotor del comunismo internacional en el mundo; sin embargo, no ha abandonado la cooperación y el asesoramiento militar en América Latina.

Por otro lado, los Estados Unidos desde los años del presidente Clinton pretendieron liderar la expansión de la libertad en el mundo; sin embargo, la Iniciativa de las Américas y el ALCA fracasaron ante el surgimiento en América Latina de gobiernos adscritos al llamado «socialismo del siglo XXI», representados en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla. El marxismo-leninismo, inspirador del castrismo y dogma para los movimientos guerrilleros de la década de los sesenta, fueron replegándose militarmente o devinieron con el tiempo en brazo armado del narcotráfico, como ocurrió en Colombia.

Fidel Castro hábilmente, en los años noventa, ante el colapso de la economía cubana, apostó por abrir la economía cubana a la inversión hotelera y el sector turismo; pero sobre todo optó por desarrollar otras estrategias políticas, alentando el posicionamiento de líderes sindicales como Lula en Brasil o caudillos militares como Hugo Chávez en Venezuela. Fidel Castro no tuvo reparo en recibir a Juan Pablo II en 1998, como muestra de apertura política y religiosa.

Mientras se desarrollaban reformas económicas en Rusia, en Europa se daban pasos seguros hacia la Unión Europea y el establecimiento del euro como moneda única. La Unión Europea incorporó a países de Europa del Este y amplió el radio de influencia de la OTAN, dejándose atrás el Pacto de Varsovia. La globalización de la economía se impuso en un contexto de conflictos nacionalistas o «guerras de baja intensidad», como la ocurrida en los Balcanes. El terrorismo internacional sorprendió al mundo en el 2001, así como la invasión de Irak marcó una época.

En el plano ideológico, los otrora partidos comunistas dejaron de lado las tesis de la dictadura del proletariado y la lucha de clases. El neomarxismo desde la academia y los organismos no gubernamentales desde la llamada «sociedad civil» ganan espacio político y desarrollan un nuevo discurso que se sintetiza en el derecho al aborto, la ideología de género, el matrimonio igualitario, la eutanasia, el cambio climático, la protección del medio ambiente, los Derechos Humanos y muchos campos más.

En un mundo marcado por el internet y las redes sociales, los multimillonarios o magnates de la globalización han decidido financiar los proyectos de cooperación internacional con una mirada supuestamente progresista. Fundaciones, ONG, gobiernos de Occidente y los organismos internacionales adscritos a la Unión Europea y al Sistema de Naciones Unidas cada vez están más alineados con conceptos ideológicos convertidos en fundamento de las novedosas políticas públicas diseñadas.

Si en el pasado el Fondo Monetario Internacional imponía Ajustes Estructurales en las economías de América Latina, hoy la cooperación internacional pretende virtualmente imponer políticas sesgadas que incluso pueden colisionar con las libertades fundamentales. Lo cierto es que todos aquellos que militaron en partidos y movimientos de izquierda marxista hace unas décadas; hoy son los gestores de organismos no gubernamentales presentes de modo hegemónico en el plano internacional y en la vida nacional de nuestros países.

En el Perú, los otrora integrantes de la Izquierda Unida que en 1985 postuló con poco éxito a Alfonso Barrantes Lingán a la presidencia de la República (frente a Alan García) son actualmente los líderes de la «costra caviar» que deciden la suerte de la política nacional. Diego García Sayán, desde una posición discreta, y Gustavo Gorriti, desde el Instituto de Defensa Legal, junto con decenas de ex militantes de la Izquierda Unida de los años ochenta y cuadros políticos y activistas más jóvenes, son los voceros de un sin número de ONG que pretenden erigirse en autoridad moral y censores de la política nacional.

Si Occidente equivocadamente creyó que los nacionalismos serían superados por el crecimiento económico, la reducción de la pobreza, la revolución tecnológica y el avance de la libertad en el mundo; ocurre lo mismo en el plano ideológico ante el avance de un globalismo avasallador financiado irresponsablemente, sobre todo «por los nuevos ricos» en tiempos de crecimiento del comercio internacional. La agenda de Naciones Unidas esconde una ideología que pretende imponerse por encima de valores fundamentales como la libertad humana y la familia.

El presidente Joe Biden está lejos de ser un líder que defiende la libertad, por ello su gobierno no tuvo reparo en acercarse y llegar a acuerdos con el dictador Nicolás Maduro, levantando parte importante de las sanciones económicas impuestas. Biden confió en que el gobierno venezolano convocaría a elecciones libres y transparentes. Hoy la tiranía de Caracas se mantiene fuerte, impidiendo la postulación de María Corina Machado a la presidencia; del mismo modo, Díaz Canel reprime al pueblo cubano, así como lo hace la pareja Ortega-Murillo en Nicaragua. Las tiranías deben ser depuestas en el mundo. Ni el tirano de Moscú, ni el tirano de Caracas deben prevalecer. Es el momento de defendernos de las tiranías, del globalismo avasallador y de las nuevas formas de imperialismo.

José Antonio Torres Iriarte
Abogado y analista político

[ad_2]

Source link

Continue Reading

Trending

Copyright © 2014 - 2023 Limaaldia.pe Es operado por CC Multimedios. | Todos los titulares mostrados en esta página son leídos desde los RSS de los respectivos medios. Limaaldia.pe no tiene responsabilidad por el contenido de dichos titulares, solo se limita a mostrarlos. Si su medio no desea que sus RSS sean publicados en este portal, escríbanos a [email protected]